IV.II

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Vegetta no tenía muchas ganas de despertar, creyó que estaba completamente seguro y que los guardias del pueblo se encargarían de eliminar a los molestos mobs que aparecían gracias a la luna de sangre.

Bueno, eso hasta que el encargado de la biblioteca lo despertó, temeroso y con el mayor respeto posible.

No quiso decir nada, sólo observó al hombre frente suyo, quién mantenía una mano sobre su hombro, se veía asustado y eso de alguna manera le preocupó.

—A-alguien pasó cerca de aquí, se oyó una explosión, parece que es en una de las casas cercanas.— Finalmente notificó, Vegetta lo miró algo confuso por ello, eso no tenía sentido... se levantó dispuesto a investigar, le preocupaba que le haya pasado algo a cualquier pueblerino.

Se acercó a la puerta que daba al exterior, no tardó en darse cuenta que un inusual viento arrastraba algunas cosas a su paso, era una luna de sangre más peligrosa que otras.

—Iré a revisar, ¿En qué dirección se oyó la explosión?.— Preguntó decidido.

—Hacia allá.— El hombre señaló hacia el noroeste, Vegetta trató de visualizar entre la poca luz que brindaba la luna y tal vez las luces del pueblo; pero aún permaneciendo dentro del pueblo le fue imposible ver algo de manera clara.

—Está bien, en cuanto salga, cierra este lugar, algún mob podría colarse.— Le ordenó, a lo que el hombre asintió repetidas veces con la cabeza.

Vegetta con su espada en mano decidió caminar entre el viento y la oscuridad, manteniendo una línea recta en la dirección señalada.

Para su suerte, no habían mobs que lo molesten, eso gracias a los guardias, así que inevitablemente se sintió afortunado de no perder la dirección, a su vez se preguntó si sus amigos no fueron tan tontos de salir en medio de esta luna que resultó en más riesgos que las anteriores. Por suerte llegó rápido.

Finalmente visualizó la casa y vio a aquel desafortunado hombre junto a su hijo, media casa estaba destruida, ambos permanecieron ahí y parecían ver algo al otro lado de lo que quedaba de la ventana.

Vegetta decidió acercarse y ayudar a ambos; pero también sintió curiosidad por saber qué era lo que ambos veían, sutilmente rodeó la casa y observó a alguien, con una capa negra enorme, pareció que fue desafortunado de toparse con una mina... entonces es por eso que también aquel salió afectado, se supone que los Dioses protegían el pueblo de estas bromitas.

El amante de morado al verlo aún en el suelo, se acercó dispuesto a ayudarlo, ayudó a que se sentara en el suelo y reaccione, este tenía casi toda la cara cubierta, incluso usaba un pañuelo morado que ayudaba a ello, sólo pudo observar sus ojos después de una corta queja.

Cuando este abrió los ojos después de tal golpe, cruzó mirada con Vegetta, este último reaccionó con algo de molestia.

—Ru-...— Iba a mencionar el nombre del híbrido de oso; pero se detuvo un momento a pensar que este no sería tan idiota para jugar a ser un miembro de la famosa secta "Hermandad oscura", no en este momento; pero por algún motivo el tono de los ojos de aquel eran más claros, más bonitos... también consideró que se trataba de Lolito, aunque no recuerda ese tono de verde así.

Tal vez estaba siendo víctima de cualquier efecto secundario de la luna de sangre, o simplemente quería recordar un poco del amor que sintió alguna vez, aunque no estaba resultando, le tendió la mano para que se levantará completamente.

Fue cuando aquel huyó, primero un poco a rastras alejándose de Vegetta, y apenas se levantó corrió y se perdió en sólo segundos entre la oscuridad.

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⏰ Última actualización: Jan 14 ⏰

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