Confrontaciones

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Halime estaba ardiendo por celos y enojo porque le habían robado la noche especial en que vería a la Sultana, no podía comprender porqué sucedió esto.

A la mañana siguiente, después de abandonar los aposentos Handan se encontró con Halime.

Halime: Eres una serpiente, me robaste la noche del jueves

Handan: ¿La Sultana necesita pedir tu permiso Halime?

Halime: TE MATARÉ CON MIS PROPIAS MANOS.
En ese momento Halime tomó bruscamente a Handan del brazo pero logró quitársela de encima.

Handan: SUÉLTAME, no serás la única mujer, cuanto antes comprendas eso, será mejor para ti.
Handan se retiró al harén y Halime quedó pensativa en aquellas palabras que le dijeron.

Pasaron dos largos meses de aquella pelea, y todo parecía indicar que las cosas iban a mejorar hasta que...

Sultana Ayse: ¿Qué le sucedió a la señorita Handan?

Daye: Ella estaba en los baños y se desvaneció mi sultana, la doctora ya la está revisando.

Sultana Ayse: ¿Doctora que le pasa?

Doctora: Gracias a Alá está bien sultana, felicidades, la señorita está embarazada.

En ese momento el cuatro se iluminó de felicidad, sobretodo por la Sultana Ayse y Handan

Sultana Ayse: Que Alá te bendiga querida, Daye entreguen dulces y monedas, quiero que todo el palacio esté celebrando. Handan le daré está noticia a mi hija.

Handan: Si mi sultana, por favor perdóneme estoy muy feliz.

Mientras todo era alegría en esa habitación, con la señorita Halime era una tristeza absoluta, una de sus criadas se enteró y fue a darle la noticia.

Halime: ¿Eso querías venir a decirme? ¡Vete de aquí!

Antes de que pudiera decir eso vio que las puertas de sus aposentos se abrían

Halime: ¿No dije que se fueran de aquí?

Handan: No soy una de tus esclavas Halime. Por tu mal humor supongo que te enteraste que ya no eres la única que lleva un hijo de la sultana.

 Por tu mal humor supongo que te enteraste que ya no eres la única que lleva un hijo de la sultana

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Halime: Si me enteré, las malas noticias siempre se saben.

Handan: Cuida tus palabras.

Halime: Cuídese usted señorita, no quiera correr tan pronto, porqué puede tropezar y caerse.

Handan se retiró molesta mientras Halime trataba de tranquilizarse por aquella cálida discusión.

La favorita de la sultan HürremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora