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Un nuevo comienzo

Amelia

Con tan sólo 15 años había perdido a mis papás, yo estaba en un ensayo para la gran presentación cuando mis padres chocaron su carro causándoles la vida, y ahora estoy aquí, alistandome para enterrar a las únicas personas que me habían amado, mi vista estaba en el espejo, llevaba un largo vestido oscuro, mi piel se veía aún más pálida, mis ojos cafes estaban hinchados de tanto llorar y mi cabello largo estaba desordenado, salí de aquella habitación dispuesta a rendirme, sin mis padres no sabía que hacer o siquiera donde viviría

Después de la larga ceremonia en la que todos me daban el pésame y me miraban con ojos llenos de pena mi cuerpo se sentía pesado y aún seguía esperando pues mi tía me había dicho que me iría a vivir con ellos, quería?, no pero tenía que hacerlo
-Amelia cariño- mi mirada callo en mi tía, era una mujer delgada de cabello lacio, sus ojos eran verdes y era muy parecida a mi madre- tendrás que cambiarte de escuela, ya que queda muy lejos la escuela a la que asistes-asentí lentamente- siéntete libre de invitar unos cuantos amigos a la casa- no tenia unos cuantos amigos, solo tenía una amiga, Teresa, conocía a Teresa de toda la vida, y claro que ella estaba al tanto de todo lo que sucedía, mi tía contestó una llamada y se alejo dejándome sola en esa habitación, ahora que pasará?, tendré que volver a empezar, era algo bueno pues las cosas que me recordaban a mis padres ya no estarían, pero yo quería que estuvieran, yo quería recordalos aunque me dolería el resto de mi vida, y entonces los vi, de la puerta podía visualizar 5 figuras, 2 hombres y tres mujeres, todos parecían gemelos, eran pálidos, tenían el cabello oscuro y su piel estaba llena de pecas, eran altos y delgados, solo que todos tenían ojos verdes menos uno, y el parecía ser el mayor de todos mi tía los vio y se acerco rápidamente-
-Lo sentimos, no nos dimos cuenta de la hora-dijo el único hombre de ojos avellana, como los míos-
-Ya están aquí, es lo que importa-dijo mi tía con su voz calmada y todos me miraron a mi, no sabía quien eran pero me resultaban familiar-
-Amelia-dijo una de las mujeres, y realmente era muy parecida a la otra, parecían gemelas pero tenía un lunar debajo del ojo derecho y la otra no-lo siento tanto todo lo que pasó- por que la gente siempre decía eso?, se supone que debía sentirme mejor?, por que no lo hacía, en definitiva no lo hacía y esas palabras solo hacían que el dolor se agrandara aún más, si eso era posible-
-Seguramente no nos recuerdas, eras una bebe la última vez que nos viste- dijo la otra mujer, ella parecía un poco más cálida y un poco más simple- eres hermosa-halago ella, sonrei tratando de ocultar la incomodidad-
-Amelia, ella es Anastasia-mi mirada callo en la chica del lunar debajo del ojo-ella es Ava- apunto a la otra chica-el es Renato- mi mirada callo en el mayor de todos ellos-el es Asher-Renato y Asher eran demasiado parecidos solo por la diferencia de estatura-y el es Noah- mi mirada callo en un hombre muy parecido a los otros dos, pero era diferente, se sentía diferente, no sabía cómo, ni porque, pero era diferente,todos sonrieron y pude ver que más de uno se aguantaba las ganas de abrazarme, y yo lo agradecía demasiado-Amelia tu vivirás con nosotros de ahora en adelante, tranquila, nuestra casa es grande, hay demasiado espacio solo para nosotros- bromeo mi tía, yo fingi una pequeña risa y camine detrás de ellos directo al carro en el que nos dirigiriamos a mi nuevo hogar, el camino era largo y cada vez se tornaba más oscuro y tenebroso, mi nuevo hogar parecía estar alegada del pueblo pero mi mirada callo en una casa blanca, en medio de la nada, era absurdamente grande, no podía ver muy bien por la distancia, pero parecía estar rodeada de densa neblina, pero juraría que solo había neblina alrededor de aquella casa, no había en la carretera, no había en los árboles, y eso me despertó la curiosidad pero pronto desapareció cuando mi tía freno frente a una gran casa, estaba en un tono gris, sus colinas eran enormes y había árboles alrededor de ella, era linda, pero no se sentía bien, baje y suspiré, estaba apunto de entrar, mi vida estaba apunto de cambiar por completo, mis primos bajaron mis maletas y yo entre a aquella casa mirando cada detalle, el piso era blanco y estaba totalmente impecable, había unas largas escaleras al entrar y había un bello candelabro colgado del techo, camine y camine mirando cada habitación, y cada una parecía encajar perfectamente pero había una que no, la puerta estaba cerrada con llave, pero era oscuras y parecía demasiado vieja, era como si estuviera ahí por error, comense a caminar más y más dejando atrás aquella extraña puerta-
-Amelia- Ava entro a la gran sala donde yo me encontraba-te mostraré tu habitación-asenti y camine detrás de ella- no sabíamos muy bien que te gustaba, asi que la ouedes decorar a tu gusto- abrió una gran puerta blanca, al entrar vi una gran cama en el medio de la habitación, había una larga y grande ventana que daba a un balcón, había una mesita de noche con unos libros en ella, había varios muebles y había dos puertas, ambas abiertas, una daba a un baño y la otra un armario, un armario muy grande para mi, era lindo, las paredes eran blancas, las cortinas eran oscuras y las sábanas eran blancas-
-Es muy linda-dije aún mirando-gracias-Ava asintió y finalmente me abrazo, me tomo por sorpresa pero me obligue a abrazarla de vuelta-
-Espero y te sientas cómoda-sonreí- mi cuarto esta justo al lado,así que si necesitas algo puedes decirme sin ningún problema- parecía animada o emocionada de tenerme aquí-
-Gracias-sonreí, ella me devolvió la sonrisa y salió de la habitación cerrando la puerta, me recoste en la cama dispuesta a dormir, me sentía demasiado pesada, todo me dolía y solo quería dormir y dormir, pero desde la ventana pude ver como los árboles del gran patio se movían, pudo haber sido el viento, pero era el día estaba demasiado soleada y no había ni una sola pizca de viento, me causó curiosidad pero mis ojos se cerrarán antes de que pudiera averiguar que era-

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