#𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮

1.9K 161 65
                                    

Después de lo que pasó en el camerino los dos habían dejado de hablar inmediatamente, nada de contacto visual ni mucho menos corporal. Quedaron en un tipo de acuerdo mutuo silencioso que establecía que lo que había pasado esa tarde era cosa de una vez y ya estaba.

Se atraían y para sacarlo de su sistema habían follado, eso era todo.

Pero por alguna razón la tensión sexual en vez de disminuir había aumentado de tal manera que los demás miembros habían empezado a darse cuenta, además por mucho que quisieran negarlo los recuerdos seguían ahí.

Ninguno de los dos podía pasar ni una noche sin recordar cada toque, cada beso que compartieron y que por alguna razón había quedado grabado en su interior.

Especialmente Beomgyu, que había pasado todos los días frente al espejo viendo como las marcas violáceas y verdosas en su cuerpo pasaban a pequeñas manchas amarillas o rojas, deseando que se quedaran para siempre en su lugar como recordatorio de lo que habían hecho.

Y por mucho tiempo así fue, hasta que se empezaron a preparar para su nuevo comeback.

Yeonjun fue el primero en volver a sentir su pecho arder al ver a su compañero con su nuevo pelo largo con extensiones en contraste con su piel dorada y sus músculos delgados.

Pero Beomgyu tampoco se quedaba atrás, sintió que todo su cuerpo estaba en llamas cuando estaban tomando las fotos para el álbum y el fotógrafo le pidió que se pegara más a Yeonjun.

Jadeó cuando sintió la mano de Yeonjun en su pierna, la estaba manteniendo en un lugar aceptable, pero cada vez que el fotógrafo se volteaba la iba subiendo más y más.

Ya la tenía en su muslo interno y tuvo que morder sus labios demasiado fuerte cuando sintió el pequeño apretón en su carne sensible.

Volteó a ver a Yeonjun, quería preguntarle que rayos era lo que estaba haciendo. Pero este mantenía la cara hacia la cámara sin prestarle la más mínima cantidad de atención.

Ah, si así quería jugar, bien por él.

Los dos estaban sentados en el piso, Beomgyu con su brazo en los hombros de Yeonjun.

El pelilargo decidió recargar su cabeza en el hombro de su compañero y en cuanto el despistado fotógrafo se volvió a voltear para checar algunas tomas soltó una pequeña risita antes de pasar su lengua y morder levemente el cuello del pelinegro. Claro, sin dejar marca.

Sonrió mientras sentía como el cuerpo del contrario se tensaba y de sus labios salía un pequeño suspiro entrecortado. Pero su pequeño momento de venganza no duró mucho cuando después de unos cuantos minutos sintió una mano rozar su entrepierna.

Casi se le sale un gemido pero lo único que pudo hacer fue presionar sus labios en una fina línea, cerrar sus ojos y contar hasta diez mientras rezaba para que su excitación no se notara a través de sus pantalones.

Ya llevaban cerca de 10 horas en esa sesión, solo una hora más y finalmente estarían los dos solos.

Esa hora hasta que la sesión finalizara fue una tortura para ambos, especialmente por el pequeño jueguito que los dos se traían entre ellos. Para cuando habían terminado y todo el staff se fue dejándolos solos, los dos estaban duros, tenían los ojos brillosos y las mejillas sonrojadas de todo lo que habían estado haciendo durante la tarde.

Yeonjun fue el primero en empezar todo cuando la habitación quedó vacía, estaban todavía sentados en el suelo y él solo se puso enfrente de Beomgyu y lo atrajo de la nuca, estampando sus labios contra los ajenos sin siquiera decir una palabra.

No supo como, pero todo terminó casi como la última vez, Beomgyu estaba sentado en su regazo mientras se restregaba en pierna, soltando pequeños gemidos mientras el pelinegro metía su lengua en su boca.

𝒅𝒓𝒆𝒔𝒔𝒊𝒏𝒈 𝒓𝒐𝒐𝒎 | 𝐘𝐉 + 𝐁𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora