Midoriya

41 9 0
                                    

Salomé Lee

Flashback

[...]

-¡¿Estas bien?! ¡¿Quieres que llame a Recovery Girl?!

[...]

-Es un jóven encantador, ¿no lo crées?

Fin del Flashback

Durante los siguientes días esas dos frases pasaban por mi cabeza cada vez que mi mente se despejaba. Comenzaba a pensar que Recovery Girl tenía razón, Izuku Midoriya tenía el carisma de un héroe, pero eso no quitaba el hecho que su cuerpo casi, casi explotara cada vez que usaba su don, se emocionaba tanto que dejaba que la adrenalina tomará control de él incapacitandose asi mismo. Al paso que iba, ya estaba en la mira del profesor Aizawa al igual que yo por rodar de las escaleras y quedar inconciente.

-Señorita Salomé, ¿Podemos sentarnos?

De un momento a otro tenía a Iida, Ochako y al susodicho frente a mi.

- Adelante.

El principal tema de conversación era el reciente nombramiento de los delegados de la clase. Midoriya seguía en shock por recibir el mayor número de votos e Iida daba uno de sus discursos sobre el porque Midoriya debía ser delagado.

- Lee, ¿Tú por quién votaste? - Dijo mi compañera.

- No creo que sea buena idea... Ese tipo cosas no se divulgan.

- En lo absoluto - Apoyó Iida.

Las caras de Midoriya y Ochako se quedarón perplejas.

- Desde hace tiempo tengo un presentimiento, sobre todo por la forma en la que hablan entre ustedes...son muy ricos, ¿Verdad?

Fue ahi cuando Iida nos contó sobre su familia, la admiracion por su hermano y por qué quería ser un héroe. Iida habalaba de su hermano como yo pienso de papá y Midoriya parecía igual de emocido que Iida al hablar de Ingenium.

Cuando mi turno llegó, y los ojos de todos se posaron en mí, aún no estaba segura sobre contarles que mi papá era un héroe. Aceptar que mi papá me recomendara para tener más posibilidades de ingresar no me hacía mucha gracia y sinceramente yo no me consideraba de familia rica, en casa papá siempre decía que se podía vivir con lo necesario y que había otras cosas aparte del dinero.

- Bueno, yo...

Tiempo fue lo que me falto para terminar de completar la oración, las alarmas comenzaron a sonar y todos se levantaron de sus asientos para evacuar.

- Debemos ir con el resto de los estudientes - Dijo Iida.

Camino al corredor de evacuación, la multitud se hizo más espeza y el desalojo se hizo más lento. Nos separaron, nos empujaron y, en cima de todo, nos aplastaron, al final de cuentas no podíamos avanzar ni retroceder.

Estar en medio de tanto alboroto no me hacia bien, me ponía muy ansiosa. Habían muchas personas, mucho ruido. Comenzaba a sentir los latidos de mi corazón por todo mi cuerpo - Calmate, calmate Salomé- me repetía a mi misma - Salomé, respira... inhala, exhala - pero alguien me empujo y la imagen frente a mis ojos comezó a distorcionarse impidiendo distinguir los rostros de las personas; de un momento a otro ya no quería estar ahí o que por lo menos el ruido se detuviera.

- ¡Salomé!¡¿Estas bien?!

Sabía quién era, pero no podía verlo, me estaba desorientando en medio de tanto ruido.

- ¡Salomé, tranquila, pronto podremos evacuar!

Ni siquiera había notado en que momento mis manos cubrieron mis oidos hasta que él las tomó entre las suyas, tampoco me di cuenta en que momento pase de estar del lado de la vantana al del muro.

- ¡Salomé, mirame! - mi vista se dirigío a su rostro - Todo esta bien, ya paso, ¿lo ves? Ya paso...

No me di cuenta cuándo Iida había salido volando y menos cuando todos se calmaron, pero si note como las personas que estaban cerca tenían la mirada puesta en nosotros mientras los demás veían a los reporteros al otro lado del patio.

- ¿Estas bien, Salomé? - Aparecío Ochako al lado de nosotros.

En un movimiento rápido, me solte de las manos de Midoriya y retrocedí un paso.

- Sí, estoy bien.

Me abri paso entre los demás y caminé en sentido contrario al que debíamos hasta que llegué a los baños. Abrí la llave del grifo y me puse a jugar con el agua para terminar de calmarme.

Hacía mucho que no tenía un episodio como ese.

[...]

A mitad de clase sentí que alguien me observaba, pero no fue esta uno de los descanso que note quién era.

- Si quieres decir algo, solo hazlo, Aoyama.

- Yo solo me he sentado en este lugar para que los rayos del sol puedan aluminar mejor mi belleza✧

- ¿A si? - Dejé de mirar al frente para ver a mi costado - Claramente el lugar de Mineta no va a dar el resultado que esperas.

- ¿Entonces debo sentarme en el lugar de Midoriya?

Su pregunta me tomó por sorpresa, tanta que busque disimuladamente con la mirada para asegurarme que Midoriya no estaba cerca.

- ¿Qué quieres? Dilo.

- ¿Estas segura?

- Si, es molesto que me observes - Contesté de inmediato.

- Dijiste que no lo conocías - Soltó de golpe.

- Te lo dije una vez.

- No hablo de Iida - Mostró una sonrisa picara.

- Si te refieres a Midoriya, ya te dije que no lo conozco. - comencé a ordenar las cosas se mi mochila.

- Pero te tomó de las manos ✧.

Me detuve un momento.

- Alguien al que no conoces no tomaría tus manos de esa forma - Terminó de decir.

- ¿Me viste? - Dije viendo al frente.

- ¿Cuándo te tomó de las manos? Sí, no me gustan los chismes, son de mal gusto ✧.

- Regresé mi vista a él - Aoyama, esto es un chisme.

- Entonces... - Vaciló - ¿Veo cosas en donde no las hay?

- Es inutil, por supuesto que ves cosas en donde no las hay.

Aoyama fue el primeren en notarlo, incluso antes que yo misma.

[...]

- ¡ Lee, espera!

- ¿Sí? - Gire mi rostro.

- Iida nos dijo que también vas a la estación del metro - Dijo Uraraka - ¡Vayamos juntos!

Heche una vista detrás de ella, Midoriya e Iida venían hacía nosotras, asi que asentí. Sería muy raro que corriera después de lo que pasó, es como si lo evitara.

- Fue ahí donde se conocieron, ¿no? Iida nos lo contó.

- Si, choqué con él - Le contesté.

- pero, ¿de verdad no se conocen desde antes? - Volvió a preguntar - Parecen ser muy cercanos.

- No- intervino Iida - nos conocimos en el metro.

Antes de llegar a la estación ella tenía que comprar unas cosas e Iida dijo que la compañaría. Me quedé sola con Midoriya en lo que ellos salían.

- ¿Cómo te sientes?

- Mejor - Dije sin verlo.

- ¡Que bueno!... No quería tomar tus manos sin tu permiso, fue un reflejo.

- ¿Estuviste en algún curso de primeros auxilios?

- N-no, solo que parecías no darte cuenta que todos estaban calmados.

Quedé en silencio un momento.

- Gracias... - Dije bajo.

- N-no, no tienes que agradecerme -

Regrese mi vista a él y me sonrío. ¿Cómo alguien como él podía sonreir de es manera?

Detras de ti... Izuku MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora