Después de la Revolución

Gigantes gaseosos

-Hasta que te dignas en aparecer...-.

-Lo siento... pero pensé que no me esperarías, Ganímedes-.

-Si si vámonos, que Venus parece que nos está buscando-.

La dos lunas terminaron de atravesar el cinturón de asteroides en silencio hasta casi llegar al final.

-¿Qué planeas hacer?-.

-Pues acompañarte hasta Saturno y luego irme a perder en el cinturón de Kuiper para que Júpiter no me encuentre jamás...-.

-¿Enserio? ¿No vas a disculparte por todo el daño que causamos?-.

-Júpiter seguro ya les está dando una laaarga charla a sus lunas de porqué lo que hicimos está mal, los va hacer disculparse con Tierra y a MI me va hacer pedir perdón al resto del sistema solar y no me quiero cruzar con Marte y Venus...-.

-Al parecer la huelga no era tan mala idea, además fuiste tú el que dio la idea de atacar planetas-.

-¿Y qué planeabas hacer con eso? ¿Esperar que por nuestra falta ellos se salgan de sus órbitas al vacío del espacio hasta salir del sistema solar? Sé realista, nuestra gravedad no los afecta en nada-.

-Ahora que lo dices no sé... Tenía mas sentido antes-.

-Tsk ya no importa de todas maneras, Titán-.

-¿Y sigues pensando en irte al cinturón de Kuiper?-.

-Claro que sí, idiota-.

-Bueno, no se va a poder por que Júpiter ya te vio-.

-¡¿Qué?!-.

Ganímedes fue atraído por la gravedad de Júpiter y dejó a Titán solo.

-Será mejor que te apures para llegar a Saturno, parece que ya se dio cuenta de que no estás con el resto de sus lunas-.

Júpiter miró en dirección a Saturno, que estaba contando a sus lunas por tercera vez.

-¡Júpiter! ¡Ya conté otra vez y no esta Titán! ¡Creo que un exoplaneta se lo llevó!

Saturno fue rápidamente hacia la órbita de Júpiter mientras seguía llamando desesperadamente a Titán.

-Ugh... Saturno, Titán está aquí-.

-¡Titán! ¿Esta bien? ¿No te cayó ningún asteroide?-.

-Estoy bien Saturno, no te preocupes-.

-Eso estuvo mal Titán, Dione ya me contó todo-.

Titán solo suspiró y sintió como lo abrazaban.

-Pero aún así me alegra que recapacitaras, vámonos Titán...-.

Saturno se llevó a Titán mientras lo cargaba y le acariciaba.

-Y valla que no es el favorito-.

Europa frunció el ceño viendo cómo Saturno no paraba de besar el rostro de Titán.

-Algo me dice que él será el primero en librarse del castigo...-.

-No estés tan segura de eso, Europa, ustedes cinco tendrán una castigo a parte del resto de lunas-.

-¡P-Pero si yo y Calisto nos opusimos cuando Titán quiso tomar de rehén a la luna de la Tierra!-.

Ío reclamó mientras volvía a toser.

-Así es Ío, pero un asteroide que dijo que ustedes fueron hasta la órbita de Neptuno para hablar con sus lunas, sabes que no pueden ir hasta ahí por que es demasiado lejos y la gravedad de Neptuno pudo haberlos atraído-.