Tom y Harry -COMPLETO-

Capítulo 16: El final de la cena de verano

Capítulo 16

31 De agosto

Había pasado más de una hora desde que Tom Riddle convocó a los dementores. Había despedido a los Mortífagos hace media hora. Habría esperado que llegaran en 45 minutos, y decidió que viajaría a Azkaban para ver dónde estaban.

Se sorprendió un poco al ver el ferry no tripulado, y se subió al barco mágico para ir a la isla.

La vista que lo saludó lo enfureció como nunca lo había sido. Los cuerpos mal descompuestos de una docena de Mortífagos estaban tendidos en el suelo en una fila ordenada. Un cuervo estaba recogiendo el cuerpo de Bellatrix. Voló antes de que Riddle pudiera explotarlo.

En una rabia absoluta, Riddle se dirigió a la fortaleza un cuarto de milla tierra adentro. Aparte de los dementores restantes, la fortaleza estaba vacía. Los dementores se deslizaron lejos de Riddle sintiendo que poseía muy poca alma. Estaban en un enfrentamiento. Riddle no sabía de ninguna manera de dañar a los dementores y los dementores no tenían ningún interés en Riddle.

Saliendo del ferry, Riddle apareció en Privet drive y en un ataque de ira sopló a través de los restos de las salas que una vez habían protegido la casa y en una lluvia de rabia y hechizos, sopló el número cuatro a bits. Lanzó la Marca y se presentó de regreso a su cuartel general para planificar su próximo movimiento.

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John Thomas recibió un aviso de que las salas de Azkaban habían sido ventosas momentos después de que Voldemort había puesto un pie en la isla. No se sorprendió de haber recibido el mensaje ni se sorprendió al escuchar que la Marca Oscura había sido vista sobre la casa de la infancia de Harry Potter unos minutos más tarde.

En silencio aplaudió la directiva de Abraxan de que no se estacione personal del Ministerio ni en la isla ni en la estación de ferry hasta nuevo aviso. Casi seguro de que era un mago oscuro que había salido de las salas y no estaba dispuesto a poner en riesgo ninguna de las vidas de los Aurors por un poco de bienes raíces sin sentido, volvió a sus otros deberes.

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Emma se recostó en su silla y tomó un sorbo de té. Esperaba que la fina taza de porcelana ocultara su sonrisa. Ella vio a su hija mirar a Harry. Por supuesto que estaba mirando a Hermione igual de de de cerca. De alguna manera nunca se miraron al mismo tiempo.

Emma miró a su esposo. Él sonrió un poco y le dio un ligero encogimiento de hombros. Casi suspiró en voz alta. Le había dicho a Dan que dejara que todo siguiera su propio curso.

Dan y Harry habían pasado tiempo en el campo de golf. Emma no era tonta; sabía que las discusiones que han estado teniendo en los enlaces eran más que una pequeña bola blanca tonta. Ella sabía que Dan había estado empujando suavemente a Harry a salir con su hija.

Emma había dividido sentimientos sobre el asunto. A ella le gustaba Harry. A ella le gustaba mucho. Era un joven amable y decente. Los había llevado a su mansión sin dudarlo un momento. Tenía un sentido del honor que era raro en alguien tan joven.

Pero él era joven. También lo fue Hermione.

Había escuchado la conversación de Harry con Alyx sobre la elección entre lo que era correcto y lo que era fácil. Emma sabía que siempre elegiría lo que sentía que era correcto. Esto lo convirtió en un gran líder.

Y él fue un líder. Harry Potter fue el comandante de las fuerzas de la luz en una guerra contra la oscuridad. Fue el mayor objetivo para Lord Voldemort y su secuaz de Mortífagos. Tenía apenas diecisiete años y se suponía que debía comandar un ejército contra el mal mismo.