《04》

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Evelyn

Me pasé toda la noche leyendo aquel informe, no decía absolutamente nada relevante, lo que hizo que me pusiera de los nervios. Damon se quedó conmigo toda la noche pero se acabó durmiendo sobre mi regazo, no estaba así al principio pero cuando se durmió cayó justo en mis piernas. No es que me haya importado mucho. Ahora son las cinco de la mañana y estoy que me muero del sueño pero necesito continuar leyendo.

—¿Quieres dormirte un rato? Pareces un zombie—Miré hacia abajo para ver a Damon mirandome con los ojos medio abiertos.

—No puedo, tengo que-

—No tienes que nada, túmbate de una puta vez porque vas a acabar dormida pero sentada—Me interrumpió y rodé los ojos, iba a ignorarlo y seguir leyendo cuando el libro salió volando de mis manos, miré a Damon, quien se habia sentado, alzó sus cejas para que le hiciera caso y cuando no lo hice agarró mis tobillos y tiró de ellos hasta dejarme tumbada, intenté levantarme solo para que el rodeara mi cuerpo con sus piernas y sujetara mis manos contra el colchón, quedando encima mia—Vas a dormirte ahora mismo, deja de comportarte como una niña pequeña.

—¿Sabes? Estuve apunto de desgarrarle la garganta a un cambia formas por llamarme así—Amenacé.

—Estuviste a punto, me reconforta saber que no lo hiciste.

—No debería, no es que no pudiera, me sacaron de la habitación—Sonrió como si no acabara de amenazarle y acercó más a mi.

—Eres linda y peligrosa ¿eh?—Sonrió—Amo jugar con fuego.

—Entonces deberías tener cuidado, me encanta ver las cosas arder en mi propio fuego—Al pillarlo despistado no me costoso darnos la vuelta, quedando yo esta vez rodeando su cintura con mis piernas, el esbozó una sonrisa peligrosa, sus ojos me miraban de forma ardiente llamando mi atención.

—Con tal de que me prendas a mi—Alcé mis cejas, si quiere jugar jugaremos.

Cualquier rastro de sueño había desaparecido por completo de mi organismo. Me senté ya que antes no lo estaba, pude notar la erección que comenzaba a crecer en sus pantalones, tiré mi pelo para un lado para que no me molestara y en un firme movimiento moví su cabeza hacia un lado dejando su cuello descubierto. Me incliné y comencé a besar, lamer y morder su cuello, eso al parecer lo volvía loco por que no paraba de soltar jadeos, hice un camino de besos hasta su mandíbula, mordí el lóbulo de su oreja y volví a la mandíbula, giré su cabeza para que mirara el espejo que estaba al lado de mi cama, en el escritorio, y cuando vi que me miraba atraves del espejo sonreí y metí la cabeza de nuevo a su cuello.

—Auch—Miré la herida que acababa de provocarle en el cuello y lo miré por el espejo, sonreí y sin quitar mi mirada de la suya pasé la lengua por la herida ya cerrada, limpiando la sangre sin problema alguno.

—Tienes razón, deberíamos dormir—Me quité de encima suyo y me tumbé a su lado dándole la espalda, antes de dormirme escuché como se acercaba a mi oido para susurrarme.

—Esto no se va a quedar así, rubia—Escuché antes de quedarme dormida.

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