CAPÍTULO 2

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OTRO Y OTRO Y OTRO DÍA MÁS

Los días pasaban y eso atormentaba demasiado a Archie, no porque la pasara mal; en realidad, estar en la casa de la tía Verne era muy divertido. Era grande - aunque Danna y su extravagancia dijeran lo contrario - y tenía muchas habitaciones divertidas. Oh no, no lo malpiensen, en realidad hablamos de una sala de cine, aunque ir a los cines de los tristes humanos lo abrumaban. No soportaba la idea de estar con ellos, realmente le molestaba tener que convivir con ellos y las únicas dos veces que había ido a alguno era por Tatiana.

También tenía un patio para jugar golf, tal como en el que Tatiana le había dicho explícitamente que lo amaba.

Y ni hablar del cuarto de videojuegos donde había "hecho el amor" con Tatiana por primera vez.

Oh bella dama, ¿Por qué atormentaste tanto a este simple noveno que lo daba todo por ti?

Al parecer, Archie estaba condenado a que todas sus primeras veces de un "mundo normal" lo ligaban a su chica traicionera.

En cuanto a su estancia en la casa de Danna, podríamos decir que era normal, tomando en cuenta que era un noveno. A pesar de compartir espacio con Damián, éstos apenas si se hablaban. No lo malinterpreten, ellos seguían siendo buenos amigos y, en ocasiones, pasaban largos ratos jugando en la habitación de videojuegos, pero la mayor parte del tiempo solo se ignoraban; cada uno se encerraba en su habitación hasta que pasaban dos días o más y creían que era tiempo de socializar entre ellos, de ésto ya hacía un mes.

Conforme pasaba el tiempo, Damián seguía sintiéndose deprimido por perder a Padme, pero tenía que seguir adelante si no quería traerle más problemas de los que ya tenía. En cambio Archie, sorpresivamente empezaba a olvidar a Tatiana, aunque todo le recordara a ella, solo había un inconveniente: ¿Por qué estaba pensando en Poe últimamente?

Tal vez era el sentimentalismo de querer que estuvieran reunidos los 3 otra vez, cómo en los viejos tiempos... Por supuesto, esa era la razón, no había otro motivo por el cuál lo extrañara.

Una noche común, Damián escuchó un fuerte ruido en el patio de la casa, aunque era imposible, ahí solo vivían Archie y él, y bueno, también Jaq y Gus pero éstos se supone que estaban cuidando la casa, tenían la única misión de mantenerlos con vida.
Aún así, Damián no era conocido por ser el más confiado en éste tipo de situaciones, así que se levantó y se escabulló hasta la habitación de su amigo.

- Archie - le dijo en un susurro y lo movió un poco de su cama para tratar de despertarlo - Archie, es urgente - lo siguió intentando pero no reaccionaba; había olvidado que su amigo tenía el sueño profundo.

Así, que sin más alternativas, tomó un vaso que tenía Archie en su habitación con una jarra de agua fría, la preferida de este noveno después de la ambrosía, lo llenó y sin más, dejó caer el contenido sobre la cara de su amigo.

- ¡HIJO DE PUTA! ¿QUÉ TE PASA? ¿NO TE SUBE OXÍGENO AL CEREBRO O QUÉ? - Archie evidentemente había despertado cabreado y Damián solo le tapó la boca para callar sus gritos.

- Cállate Ancel, alguien quiere entrar a la casa o tal vez ya entró, y no creo que a ésta hora quiera contarnos un lindo cuento para dormir.

Efectivamente, eran las 3:18 de la madrugada.

Archie entendió rápidamente y se levantó para seguir a su amigo hasta donde según él, creía que venía el sonido. Ni siquiera se molestaron en buscar a Jaq y Gus, que se las arreglaran como pudieran.

Damián decidió llevar un cuchillo que tomó de la cocina y Archie llevaba un bate que sabrá Dios dónde estaba.

Recorrieron varias habitaciones de la casa, hasta bajaron y salieron al patio, pero no había rastro de nada.

Mi Complemento (Archie Ancel y Poe Verne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora