°2.

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— fresas —


Volví a mi casa con una sonrisa en mi rostro, había olvidado el hecho de porque salí y al mismo tiempo que había olvidado coger las llaves, si es cierto que salí por la ventana,

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Volví a mi casa con una sonrisa en mi rostro, había olvidado el hecho de porque salí y al mismo tiempo que había olvidado coger las llaves, si es cierto que salí por la ventana,

pero no era lo mismo bajar que subir.

¿Y como iba a decirle a mis padres que me abrieran la puerta a las 4:00 a.m? ¿Qué excusa podría inventarme que funcionara?

Pensar mucho no es lo mismo hace que me agobie con facilidad y al agobiarme pienso más lo que lo convierte en un bucle sin fin.

Muchos piensan que eso es de tontas... Y alomejor si lo es pero si tan solo sintieran lo que yo siento podrían comprenderme pero ellos solo piensan en ellos mismos.

Suspire y preferí admirar el paisaje de vuelta a casa, quería distraerme de verdad, por lo que dirigí mi mirada al precioso lago que había por el famoso puente de shibuya, los cerezos no florecían pero igual eran hermosos, no puedo esperar a que sea primavera y esas hermosas floren decoren el suelo y así pueda verse bonito.

Lo malo es que la gente las pisaran como hacen con todo los que no es de valor para ellos.

¿Pero como alguien puede ponerle valor a algo?

Seguí andando, ¿en serio ande tanto para llegar a aquel parque?

Poco a poco todo me iba sonando más hasta que estaba en frente de la puerta de mi casa con el corazón en el puño y un nudo en la garganta.

Algunos se debaten entre la vida y la muerte y yo entre tocar el timbre o intentar trepar por la ventana y romperme una costilla.

— ¿Isabella? — dijo una voz a mis espaldas lo que me hizo voltear rápidamente topándome con mi madre cara a cara, no me dio tiempo a responder porque se abalanzó sobre mí abrazándome como si la vida se le fuera en ello.

— Tu padre y yo estábamos buscándote... no nos des estos sustos isabella... — mis ojos empezaron a expulsar lágrimas yo realmente no quería preocuparlos.

— Lo siento mamá... no quería preocuparlos... — ella limpió mis lágrimas con sus dedos.

— Mejor ve a tu cuarto... mañana hablamos, ¿si? — yo asentí para luego subir escaleras arriba a mi habitación, quite las prendas que me puse antes de salir y me tumbé en mi cama.

Giré mi cabeza viendo el reloj, las 5:38 a.m...

¿Merecía la pena dormirme ahora? No.

¿Merecía la pena dormirme ahora? No

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"- dulce como las fresas -" *manjiro sano*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora