inocencia | jakehoon

O2

Después del suceso del baño no sé pudieron ver en casi dos semanas, pues por desgracia o suerte del destino, ambos entraron en un celo sincronizado.

Era el primer celo de ambos así que lo pasaron mal, muy mal, nunca se imaginaron de un celo podía ser de esa magnitud.

Jake rompió la mayoría de sus almohadas con sus colmillos, le dolían demasiado y sentía como si le estuvieran creciendo, su cuerpo hervía como si estuviera bajo el sol del medio día.

Lo peor de todo fue su entrepierna, se había puesto dura y dolía peor que sus colmillos, no se la había tocado porque sentía que le iba a doler más.

Su madre le dio unas pastillas llamadas "supresores", le habían servido bastante y bajaron su síntomas, aunque no se los quitaba del todo.

Tres días después se mejoró, sin embargo, estaba agotado, física y mentalmente. Cuando preguntó por Sunghoon le dijeron que no lo iba a poder ver por unos días más.

Su madre le había "Confesado" que el pelinegro era un Omega y que su celo duraba una semana entera. Sintió lastimas por su pecoso, iba a estar sufriendo mucho más tiempo que el.

— ¿Puedo ayudarlo en algo?— Jake preguntó mirando a su madre de manera decidida, la mayor, quién era omega, miró a su esposo alfa y éste asintió de forma leve.

— Bueno, verás Jake.— su padre fue quien habló ésta vez.— los omegas en celo necesitan del aroma de un alfa para poder calmarse un poco, si quieres ayudar puedes prestarle a Sunghoon una camisa tuya que tenga tu aroma.

El alfa menor supo lo que le estaban diciendo, en sus clases siempre les enseñaban sobre los aromas y los efectos que éstos causaban.

Así que asintió y salió corriendo a su habitación, buscó entre la cesta de ropa sucia y sacó una camisa sin mangas, era de color azul marino y sin mangas, también era la que más tenía su aroma, pues pasó parte de su celo con ella puesta.

Volvió abajo con sus padres con la camisa en mano, Sana buscó una bolsa y le pidió que la echara, era mejor si lo hacía el mismo.

— Vamos.— habló las mayor y Jake la miró sin entender bien lo que decía.— ¿No quieres entregar la camisa tu mismo?

El rubio asintió y tomó la bolsa con la camisa, y salió con su madre a la calle. La casa del pelinegro solo estaba a una cuadra de distancia, era una de las razones por las cuales siempre podían jugar cada vez que tenían tiempo libre, no quedaba muy lejos para que el otro fueran a visitarse.

— El celo es algo que los omegas tienen que pasar solos, al menos en ésta edad, sus cuerpos deben adaptarse a pasarlo.— su madre le explicó mientras iban caminando y por primera vez no le respondía, simplemente escuchaba atento.— estás muy callado, ¿En que cosas andas pesando mocoso?

Sinceramente a Jake le parecía raro que su madre no buscará un tema para pelear, aunque quizás no debió cantar victoria tan pronto, en ese momento no quería discusiones ni nada por el estilo, solo quería ayudar al pecoso con su calvario.