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— ¡Oye Sung-chan, vamos a comer juntos!— la voz estridente y chillona de aquel estúpido niño le molestó demasiado

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— ¡Oye Sung-chan, vamos a comer juntos!— la voz estridente y chillona de aquel estúpido niño le molestó demasiado.

No iban arruinar su comida con Hoonie, primero muerto antes de que eso pase, y menos ese día, que el mismo había cocinado la comida que tenía en los bentos.

Se acercó a ellos y vio como el pecoso trataba de negarse nerviosamente, estaba rodeado de niños y eso era algo que no le gustaba mucho, a Sunghoon nunca le agradó tener tanta atención.

— ¡Será mejor que se larguen extras, es ya tiene planes conmigo!— llegó al sitio soltando su aroma potente y amargo, molesto.

Los demás temblaron, pero como alfas que eran no se dejaron intimidar tan fácil, uno de ellos se acercó y dio un paso al frente, dando a entender que competiría por el para obtener la atención del castaño.

Peleas de alfas por omegas era muy común, algo casi normal, pues tampoco ocurría tan a menudo si el Omega no quería, pero si el Omega estaba indeciso los alfa peleaban para demostrar quién era más fuerte.

Jake arrugó su nariz ante el aroma de su oponente, era agrio, como limones y hierba seca. Era de su mismo grado y lo había visto un par de veces por los pasillos cerca de su salón.

— ¿¡Y tú qué!?, El no ha dicho que no, lárgate tú, Shim.— él gruñó, y Jake lo hizo también, sacó el pecho y se acercó.

Sin embargo, no le dijo nada, aún con toda sus ganas de darle una paliza al frente de los demás para demostrar quién mandaba. Solo miró al pelinegro de reojo y éste se acercó a ellos, interponiendose entre los dos.

— Lo siento Heeseung, pero Jakey es mi alfa, y quedé en una cita con el hoy.— Jake sonrió cínicamente al ver rostro de sorpresa que tenían los demás y sobre todo el estúpido alfa que le retó.

— ¡Estás mintiendo, no es cierto!— aún no se daba por vencido el idiota, apretaba los dientes y parecía que iba a estallar se rabia en cualquier momento.

— ¡Si es cierto, Jakey es mi alfa!— Jake sabía de antemano que Sunghoon odiaba que lo tratarán de mentiroso, por esa misma razón siempre que hacían algo guardaban el secreto, era mejor no decir nada a que mentir.

Sunghoon se acercó al rubio y plantó un beso en sus labios, fue algo torpe e inocente, pero lo suficiente para callar a los demás. Cuando se separó tenía un sonrojo en sus mejillas, fue como si la timidez hubiera vuelto a su sistema de razonamiento.

El pelinegro se escondió detrás de su espalda, mirando a los demás con solo un ojito, su aroma feliz y nervioso le delataba, no estaba arrepentido de nada.

— ¿S-si ven?, Les dije la verdad. Vamos Jakey.— Sunghoon lo terminó jalando fuera de la multitud. Jake sonrió, sintiendo su corazón latir como loco.

El rubio miró por última vez hacia donde estaban los demás, hizo lo que un Shim ganador haría, al menos su madre, les sacó el dedo del medio mientras sonreía burlonamente.

inocencia | jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora