Gon: ¿A dónde vas? - Pregunto al verla levantarse de su lugar.
Maia: Voy a explorar un poco.
Gon: Pero hay mucha gente aquí.
Maia: No te preocupes - Haciéndole pucheros - ¿Me das permiso? Preguntó con ojos de gatito.
Gon:... Está bien, pero no te alejes mucho, ok - La peliblanca era mayor que él, eso era obvio, pero a veces se comportaba con bebe y cuando la miraba con esos ojitos de cachorro a medio morir, no podía decirle que no.
Maia: Ok - Respondió empezando a caminar.
Miraba distraída para todo lados distraída, mientras avanzaba entre la multitud caminando en medio de todas esas personas de distintas razas y etnias, tipos de vestimenta y costumbres, unos con vestimentas más excéntricas que otros, hasta que choco con alguien y:
Maia: "Aaahhh" - Se quejó por lo alto al sentir que había chocado con alguien - "Disscuuulllpeme por favor, lo lamento mucho" - Empezó a disculparse la albina mientras agachaba la cabeza avergonzada - No fue mi intención molestarlo.
Xxx: "¿Mmm?" - Volteo el individuo hacia donde había sentido el golpe, dándose cuenta que había sido un chica - "Hooo" vaya, una educada y linda señorita, no tiene que disculparse por eso - Un gusto - Saludo voltenadose hacia ella con voz lenta y pasible - Me llamo Hisoka - Dijo ofreciendo la mano.
Maia: Yo ham, soy Amaia - Respondió algo dudosa tomando su mano subiendo la vista para conectar con el rostro del hombre que era por lo mucho más alto que ella, con su al tura de 1.65 tuvo que levantar bastante la cabeza para poder mirarlo al rostro.
Sus oceánicos ojos se abrieron ligeramente al verlo al mismo tiempo que su corazón dio un fuerte vuelco en su caja torácica al ver los hermosos orbes de aquel hombre, eran dorados, un hermoso dorado, puso atención en su perfilado rostro, y se le hizo conocido, pero lamentablemente no recordaba de donde ¿Por qué se le hacía conocido?, empezando a sentir un ligero dolor de cabeza, pero no lo demostro.
Al verla, aunque el arlequín no cambio expresión alguna en su rostro, quedó impresionado ante la belleza de la joven, tenía unos grandes y preciosos profundos ojos azules junto con una carita tierna y redondeada, señal de que aún era muy joven.
Hisoka: Vaya, eres linda, no esperaba ver a alguien tan hermosa en este lugar - Dijo parsimonioso arrastrando con seducción cada palabra que salía de sus labios, viéndola con sus afilados ojos.
