Somos Todo Y Nada A La Vez

cap 1

Mi cabello cae en cascadas por debajo de los hombros. Estoy tomando el tiempo de ver a través del espejo que el brillo de mis ojos grises se han apagado. Ahora solo se encuentran acompañados de unas profundas ojeras.

<<<Pareces un zombie>>>
Dice mi subconsciente.

Momentos después el claxon de un auto me hace salir de mi ensimismamiento. Casi sin quererlo me doy cuenta de que me he quedado perdida en mis pensamientos, viendo en lo que se ha convertido mi vida. Es lo único que últimamente se me ha dado bien hacer.

Mi teléfono vibra anunciando un mensaje en el buzón. Al fijarme, noto que es un mensaje de Sasha diciendo que ya está afuera esperándome.

Tecleó rápidamente una respuesta y voy en busca de mis zapatos. Aunque en realidad agarró los primeros que encuentro. Minutos antes había optado por utilizar un vestido Blanco con estampado de flores azules que se ciñen a mí cintura y se desliza en vuelo libre entorno a mis caderas por encima de las rodillas. Así que solo me colocó unos zapatos negros de plataforma plana, que se encuentran a mano.

Hace dos días Sasha mi compañera de trabajo me había insistido demasiado que fuera con ella al bautizo de su hijo.

En realidad no soy la persona más adecuada para invitar a lugares públicos, ya que las multitudes me asfixian.

Tengo presente la fecha en que me aísle  de la sociedad, incluso de mi familia. Lo cierto es que me he acostumbrado a la Soledad y cuando no trabajo ocupo mi tiempo leyendo y como no tengo con quien desahogarme optó por escribir. La tinta y un papel son los mejores amigos que puedas tener.

Pertenezco quizás al 1% de las personas que sueñan con que algún día sus escritos, se hagan famosos (cosa que dudo mucho) y se vean teniendo fans. Se que es algo absurdo pero "Se vale soñar, soñar no cuesta nada" así que leer y escribir se habían convertido en mi única salvación durante los últimos años (casi se me olvida mencionar que soy K-dramaLovers).

Antes de salir de casa tomo mi bolso rojo de mano para luego encontrarme con Sasha. No es alguien que conozca desde hace mucho. Además es una cotilla pero no es tan desagradable. Tiene una personalidad alegre algo muy diferente a mí, aunque contrasta bastante con mi timidez.

—Hola Michi—saluda en el momento en que me adentro en su auto. Ruedo los ojos le he dicho varias veces que deje de llamarme así, me hace sentir como si fuera un gato.—pense que te habías arrepentido de ir.
Comenta con una sonrisa de oreja a oreja y su niño de cinco años viene en la parte de atrás de su coche vestido de blanco.

—Aunque me arrepintiera de ir, serías capaz de entrar por mi y llevarme a rastratandome—se lleva una mano al corazón fingiendo indignación.

—que bien me conoces.

Se dedicó a arrancar el auto y agarrar rumbo al lugar.

No me hace tanta gracia asistir a ese famoso bautizo. Donde la mayor parte de los invitados son hipócritas y solo van para quedar bien con los presentes, se dedican a juzgar y criticar porque esa es la única cualidad que conozco de la gente. Sin embargo termine aceptando porque Sasha ha sido buena conmigo y nos encontramos camino al dichoso bautizo.

Al llegar al lugar quedó impresionada de lo bonito que se ve las decoraciones desde afuera. Al fijarme en mi simple que es mi aspecto a comparación de Sasha comienzo a sentirme nerviosa, para nadie es un secreto que el esposo de Sasha es el dueño de un bufete de abogados, lo que nadie sabe es que Sasha es la dueña misma de la gasolinera donde trabajamos juntas, pero a ella le gusta ser como una empleada mas.

—¿Vas a bajar o vas a quedarte ahí con la boca abierta esperando a que te entre una mosca?—comenta desde el exterior.

Cierro la boca al darme cuenta que mi asombro por el lugar ha transcendido a tal punto que puedo demostrarlo con expresiones faciales.