27- Carta

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Hoy hice aquello que acabaria por borrar esa historia que tan apegada estaba a mi alma.

Cogí un lápiz y me senté frente a mi escritorio , con decisión y determinación.

Querido Alex:

Me mataste , ¿lo sabés? , quizás no me matastes tú , quizás me dejé matar yo , día tras día , mes tras mes , viendo como me sonreías y tú contemplando como me derretía ante tu mirada , creéme te quisé , te quisé y tal vez te quiera , de esa forma en la que se te desgarran las entrañas con cada suspiro , con cada mirada , incluso con cada silencio , te creí , si te creí como los niños creen que una noche llega un viejecito gordinflón y coloca sus regalos en la chimenea , pero yo , como esos niños he crecido y con el tiempo , esos pequeños ya no creen que un anciano se cuele en sus casas y les deje regalos y yo tampoco creo que tu cambiaras , no sé si en algún momento de nuestra relación me quisiste o sentiste el más mínimo cariño por mí , no sé si lo que te pasaba era que no sabías quererme , solo puedo decir que a día de hoy acerca de esto tengo bastantes dudas , pero nadie me va a quitar los buenos momentos , las risas , los abrazos , los besos , todo eso va para un lugar en el que tu sigues anclado y no creo que salgas nunca , no creo que logre superarte algún día y poder ver nuestras fotos mientras las lágrimas se derramen por mis mejillas , lo único que espero y le pido al tiempo es que tú seas tan feliz como yo lo fuí contigo , y que algun día no muy lejano yo pueda sonreir sinceramente , de mientras me conformo con vivir de los recuerdos.

Posdata: Puedo decir que ya veo la luz al final del túnel , pero a día de hoy mi alma sigue con cicatrices.
Solo espero que hayas cambiado , ya no creo en tí de la forma en la que antes lo hacía , pero quizás para poder salir de esto lo único que me falta es tu rehabilitación.
Gracias por el tiempo juntos y por enseñarme que soy más fuerte de lo que pensaba , besos de una Elizabeth empezando a ver la vida.

Firmé con bruteza como si el folio se fuera a derretir en mis manos y rapidamente lo metí dentro de un sobre , escribiendo en el aquella dirección que tenía grabada a fuego en mi memoria.

Abrí el armario y rebusqué durante lo que para mí fue una eternidad , hasta que dí con el chubasquero rojo que mamá me regaló el invierno pasado.

Me lo pusé velozmente y baje las escaleras , agarrando un paraguas antes de salir.

Corrí como si llegará tarde a algún lado y por fin estaba delante de el.

El buzón de correos me contemplaba suplicandome que introdujera el sobre en el.

Deslicé mi mano y lo miré por una última vez , metiendo aquel trozo de papel recién sacado de mi corazón con delicadeza.

Una vez completada la misión sentí una gran satisfacción y cuando creía que ya por hoy bastaba , saque el móvil de mi bolsillo y teclee con velocidad.

-¿Te apetece hacer algo hoy?

Solo me faltaba esperar una respuesta.

No me destruyas , sacame de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora