Estaba implicito en las reglas de Bonten, no atacar si no te atacan primero y por supuesto no meterse con Edén. Los Haitani y Sanzu ya habían roto suficientes reglas, pero Manjiro no tenía motivos para echarlos todavía, hasta que se enteró de lo que pasó con Jun y su grupo.
— ¡¿Cómo se les ocurre matar a un miembro de Edén?! — gritó Manjiro enojado.
Frente a él, los tres responsables estaban de rodillas ante su líder, con miradas que no mostraban arrepentimiento.
— ¡Es algo que debimos hacer hace mucho tiempo, Mikey! — respondió Sanzu en un grito.
— Supongo que le daré la razón a Sanzu hoy — habló ahora Ran —. Es hora de que Bonten reine todo Japón y no sólo la mitad.
— Destruyendo a Edén para siempre — terminó Rindou —. No suena tan mal, ¿verdad, jefe?
Manjiro suspiró con fuerza y negó varias veces —: Parece que no entienden lo que acaban de hacer — los tres se miraron confundidos —. Antes de que hagan algo contra Bonten, más les vale ir a arreglarlo. No se cómo, no sé dónde, pero tienen tres días para formar un acuerdo para que no nos matemos entre todos o yo los mataré a ustedes — Manjiro le dió una patada a Sanzu en el pecho, como parte del castigo y salió del lugar.
— ¡Ahg, carajo! Está chiquito, pero tiene fuerza — dijo Sanzu sobandose.
— ¿Qué haremos? — preguntó Ran con tranquilidad —. Si nos negamos, Manjiro nos mata él mismo, pero si vamos continuaremos con la vida tan monótona que llevábamos.
Solo era un decir, pues aquellos sujetos solo querían un poco de diversión en sus vidas de criminales. Matar gente solo porque sí se estaba volviendo aburrido, ahora necesitaban un motivo.
— Siempre limpiando los desastres de Sanzu — Rindou se levantó y se recargó en la pared.
— ¡¿Qué?! ¡Talvez si dos personas no se hubieran ido corriendo y me hubieran esperado, esto no estaría pasando! — gritó Sanzu señalandolos, mientras se levantaba también.
— ¡Oe, te salvamos, ¿o no?! — contraatacó Ran.
— ¡Sí hubiéramos huido juntos no había necesidad de salvarme!
Rindou suspiró harto de los gritos de su amigo y su hermano.
— ¡Callense y pensemos que le vamos a decir a Jun! — Ran y Sanzu detuvieron su discusión y miraron a Rindou.
— Ahg, que flojera ir hasta allá con ella — gruñó Sanzu.
— ¿Y quién dijo que vamos a ir? — Rindou sonrió ante las palabras de su hermano, sabía qué tenía en mente.
. . .
Jun caminaba deprisa por un callejón de Roppongi, parte del territorio de Bonten. Ella acababa de matar a escondidas a un miembro de Bonten, con un puesto pequeño, pero lo valía por el chico de Edén asesinado.
Llevaba una gorra, una mochila y una mascarilla negra. Pasaba desapercibida con la gente rica de la zona, pero no para Sanzu, quien tenía un talento especial con seguir y vigilar gente.
Jun sintió como alguien iba caminando detrás de ella, no tomando importancia al inicio hasta que sintió a la persona más cerca, en realidad eran dos hombres. Rindou y Ran.
— ¿Estás perdida, guapa? — preguntó Ran mientras su hermano le quitaba la mochila a la fuerza.
— Fue más fácil de lo que pensé — Sanzu se apareció por ahí y también la rodeó, ahora estaba acorralada por aquellos tres hombres en un callejón sin salida.
— ¡Déjenme tranquila! — ella forcejeó cuando Ran la tomó de las muñecas y la obligó a quedarse quieta mientras le revisaban todas sus pertenencias.
— ¿Tomando venganza por cuenta propia? — dijo Rindou sacando la pistola de la mochila —. Así que fuiste tú la que mató a nuestro compañero.
— ¡No me toquen! ¡Los mataré...!
Ran le arrancó la mascarilla y la obligó a mirarlos. Los tenía a los tres en frente mirándola con deseo y enojo. Algo que no se podía mezclar.
— Supongo que estamos a mano, ¿no? — preguntó Sanzu y le sonrío.
— No después de esto — respondió Jun, parando sus torpes intentos de escapar.
— Mmh, ¿qué tal si negociamos? — habló Ran, reteniendo a la mujer aún de las muñecas.
Jun rápidamente le dió una patada en la entrepierna a Ran, por fin quedando libre de su agarre y cuando él cayó al suelo lo remató con una patada en la cara. Rindou apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Jun le soltó un puñetazo y lo estrelló contra la pared.
— Wow, que mujer tan feroz. Justo como me gustan — dijo Sanzu sonriendo y adoptando una pose de pelea.
— Sigues tú, payasito.
Sanzu esquivó casi todos los golpes de Jun, apunto de golpearla también hasta que ella se agachó y pateó sus pies. Al final los tres terminaron en el piso adoloridos.
— ¿Qué mierda acaba de pasar? — dijo Rindou incorporándose.
— Parece que lo mejor de Bonten no es rival para Edén — ella recogió sus cosas, ya dispuesta a dejarlos ahí.
— ¡Sí te vas, seguiremos matando a los tuyos! — gritó Sanzu con desesperación.
Ella se giró a escuchar al pelirosa, que ayudaba a Ran a levantarse.
— Entonces reduciré a Bonten a nada, yo sola sin ayuda de nadie puedo matar a cada miembro de su estupida organización — Rindou se rió.
— Escucha, preciosa — Jun retrocedió cuando Rindou caminó hacia ella —. No queremos una guerra entre nosotros, ¿si?
— Hagamos una tregua — habló Sanzu acercándose, pero ahora ya no retrocedió más
— Incluso podemos aliarnos, ¿qué opinas? — concluyó Ran.
— ¿Y qué gano yo además de paz y tranquilidad? — esa pregunta sorprendió a los tres hombres, que se miraron entre ellos intentando entender.
— ¿Quieres algo a cambio? ¿Mmh, y por qué deberíamos?
Jun soltó una carcajada y se aclaró la garganta — Creo que no fui clara, quiero que paguen los daños.
— ¿De qué mierda hablas? — preguntó Rindou.
— ¡Sí, explícate! — exclamó Sanzu señalando a Jun.
— Oww, se hacen los locos — ella rió y se quitó la gorra, dejando ver los vendajes que aún llevaba —. Recapitulemos; No conformes con matar a uno de mis chicos, entraron a nuestro edificio y me atacaron dos veces, además hace un momento me acorralaron y me tuvieron en contra de mi libertad.
— Siento los golpes, hermosa — se disculpó Ran.
— Puedes pedirnos lo que quieras, será nuestra forma de disculparnos por las molestias — dijo Rindou.
— Pensaré en su propuesta — Jun avanzó un poco más hasta que una moto llegó a su lado, le pasó un casco y se subió —. Vamonos, Shuji.
— ¿Hanma?
— Sanzu, Haitanis, un placer volver a verlos — y Shuji arrancó a toda velocidad llevándose a Jun.
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𝐁𝐔𝐑𝐁𝐔𝐉𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐒𝐓𝐀𝐋, 𝐒𝐀𝐍𝐙𝐔, 𝐑𝐀𝐍 𝐘 𝐑𝐈𝐍𝐃𝐎𝐔
FanficBonten +18 ☆ Jun es la líder de una de las organizaciones más peligrosas de Japón, a la par de Bonten. Cuando estalla un conflicto entre grupos, Sanzu, Ran y Rindou intentan crear un acuerdo con la mujer. Un acuerdo físico. SANTA TRINIDAD X LECTORA