Definitivamente los días avanzaban rápido.
Yuuji ya tenía 7 meses y su vientre estaba enorme, su pecho se había desarrollado para llevar a cabo la labor de lactancia y sus caderas estaban más anchas de lo que alguna vez fueron.
Un Omega masculino embarazo era algo inusual, ya que no habían muchos, es por eso que Toji cuidaba a su pareja.
Ante su insistencia, Yuuji podio una revelación del sexo del bebé en su último chequeo, porque si bien lo estaban resguardando, estaban demasiado emocionados para seguir aguardando la tan esperada llegada de su niño.
El cachorro eran un niño y se estaba gestando muy bien, incluso pudieron verlo sonreír en la última ecografía.
Y como se lo había prometido a Yuuji, dejo los turnos extras y estaba pronto a pedir sus vacaciones, quería estar dedicado al 100% del cuidado de su bonita pareja.
Sus pensamientos sobre el Omega se vieron interrumpidos por la encargada de la tienda de bebés en la que se encontraba mirando las diminutas camisetas con estampado de osito que estaba seguro de que su pareja aprobaría.
Disculpándose con la encargada, le pidió ayuda con las tallas, también necesitaban más pañales y sabanillas, su bebé esta estaba pronto a nacer.
Teniendo lo necesario, se dirigió a la caja para pagar, cuando visualizó un peluche de tigre, que sin duda le recordó a su Omega.
Yuuji se encontraba en la cocina revolviendo una olla. El estofado de res casi estaba listo.
Su boca se hacía agua con el aroma que desprendia la comida. Su apetito desde el primer ha estado por las nubes, los antojos de pasteles y platillos extremadamente dulces lo han invadido desde que su cachorro pateó sus tripas.
Si no comía un pastelito después del almuerzo, se sentía ansioso y su Omega lloriqueaba para que su Alfa cumpliera sus caprichos.
Toji siempre le da en el gusto y si bien lo disfruta, no puede evitar sentirse avergonzado.
Más aún si el Alfa tiene que salir en la madrugada a comprar algún bebestible o antojo que tenga. Megumi de vez en cuando le trae pan de melón y mochi relleno de melocotón.
Resopla y hace un puchero, quiere a su Alfa.
Toji debió haber llegado hace una hora, por lo que supuso que debió quedarse más tiempo en el hospital y atender alguna urgencia que requiera su ayuda.
Apagando la estufa y verificando que la arrocera también lo estubiera, se dirigió a la mesa para colocar los cubiertos y vasos para comer.
A paso lento se dirigió hasta el refrigerador para buscar su jugo de fresa, su espalda dolió cuando se inclinó para tomar la botella y no pudo evitar quejarse cuando su cachorro lo pateó.
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Ámame suavemente | TojiIta
RomantikToji es un Alfa que la ha tenido difícil siendo un padre soltero, sin embargo gracias a un consejo pudo salir a delante y tener una vida soñada para él y su cachorro. En su trabajo, los turnos en el hospital son agotadores, pero no hay nada mejor q...