Ámame suavemente | TojiIta

3. El amor está en el aire

Suspiro totalmente agotado.

El turno se había llevado gran parte de su energía física, sin embargo existía el sentimiento de tranquilidad por cada vida salvada, así como también el éxito en las urgencias de mayor complejidad.

Estaba recargado contra la puerta de su auto, esperando ansiosamente la salida de su cita.

Sabía que Yuuji debía quedarse a ordenar y a limpiar la cafetería, por lo que no tuvo problemas en esperar a que el chico terminara sus tareas.

Su ceño fruncido se dispersó cuando visualizó un destello de cabello rosa salir por la puerta de aquel lugar, el omega trotó suavemente por la calle hasta llegar a él.

— Gracias por esperarme, — El omega le sonrió, sus mejillas yacían tenuemente sonrojadas.

— No hay problema, — Le guiñó un ojo.

Su mirada se estrechó al notar que el Omega
se abrazaba a sí mismo, portando tan solo una ligera camiseta de mangas largas.

Se mordió la lengua para no regañarlo y rápidamente se quito la chaqueta para colocársela por encima de los hombros.

— Aquí, te ayudará a mantenerte caliente.

— ¿Pero que hay de ti?, — Se mordió el labio, mientras trataba de evitar que su ronroneo fuera notorio para el Alfa.

— No la necesito, además quiero que estes cómodo, vamos, — Toji le abrió la puerta del auto, invitándolo a subir.

— Gracias, eres tan amable Toji, — Se colocó la chaqueta y abordó el vehículo, sonriendo al notar que el aroma del hombre lo envolvía.

— Solo para ti, ¿donde te gustaría comer?, — Se rio entre dientes y cerró la puerta para rodear el auto y subir, abrochándose el cinturón de seguridad.

— Me gustaría un plato de ramen, — Se decidió mientras se abrochaba su cinturón.

— Conozco un buen lugar, ¿como van las clases?, — Encendió el auto y se puso en marcha.

— Bien, aunque hay un curso que se me dificulta, — El omega suspiro derrotado.

— ¿Cual es?, tal vez pueda ayudarte, chico, — Sonrió, durante los 6 meses que llevaba conociendo al bonito pelirosa sabía que se encontraba estudiando enfermería.

— No quiero molestarte, además se lo mucho que trabajas, — Yuuji observaba las calles.

El Alfa gruñó en descontento y se detuvo, estacionando el auto en frente de un pequeño restaurante de ramen.

— No lo haces, además serías una agradable compañía después del trabajo, — Le sonrió y descendió del auto.

— No te preocupes, lo resolveré, — Yuuji lo siguió y se aferró al brazo del mayor, logrando que se sobre saltará.

Toji observó al chico que sostenía su brazo, en el interior su Alfa aullaba para que hiciera un movimiento y le confesará sus sentimientos al Omega, mas temía asustar al menor.

— Me gusta tú olor, — Yuuji ronroneo a gusto.

— Yuuji, yo, — Se preparó para ser sincero.

— Lo siento, estoy siendo algo pegajoso, mi calor está cerca,— El pelirosa se alejó, avergonzado.

Toji gruñó y lo atrajo hacia él, rodeándolo con sus brazos e ignorando el chillido vergonzoso que dejó salir el menor.