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005. | CAPÍTULO CINCO
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Era un nuevo día en las vacaciones de los estudiantes del Elite Way School. Una mañana llena de vida, algo de sol, viento, y tranquilidad. Todos iban llegando al comedor con vista al mar para tomar sus respectivos desayunos.
— Buen día — dijo Antonella sonriente llegando a la mesa donde ya se encontraban Luján y Marizza.
— ¿Con quién soñaste que andas tan sonriente vos? — Luján la vaciló
— Con nadie. ¿Qué decís? — rió — Solo que la mañana está linda.
— ¡Ay, Vico que lindo pelo que tenés, eh! — llegó Luna alagando a su compañera
— Ay dale, anda a levantarle las migas también — contestó Luján incomoda
— Ay, Luján, no seas así. Ella no es mala, nada más tenés que conocerla — se defendió Luna
— Ser idiota es peor que ser mala, nena.
— Ay, ¿porqué la rechazas? ¿Solamente porqué es diferente a vos? — expresó Luna incómoda
— Obvio, es razón suficiente — respondió Luján frescamente
— Ay, nena, que mala onda — intervino Antonella
— Bueno, basta chicas ¿no ven que estoy de buen humor? — las paró Marizza — Después de todo lo que le dije a mi vieja, no bajo a desayunar y es lo mejor que me puede pasar — expresó alegre — Pensándolo bien, lo mejor viene ahora.
— ¿De qué hablas? — preguntó Luján
— Tengo una idea que no va fallar.
— ¿Qué idea? — indagó esta vez Antonella
— Ganarme a Mauro — respondió convencida la colorada
Las chicas sólo suspiraron hartas de la situación, no podían creer como es que Marizza seguía con ese tema después de todo lo que había pasado.
— Enserio que estás chapita vos, eh — expresó Luján
— ¿Querés apostar? — desafió Marizza extendiéndole la mano a lo que esta copió su acto.