Una bella mujer despertaba asustada luego de tener una pesadilla sobre el asesinato de su clan, del cuál solamente ella había logrado escapar. Suspiró con pesadez acariciando sus desordenados cabellos y se levantó para hacer las tareas del hogar. Habían pasado un par de meses de tal suceso y aún no se había logrado recuperar de eso, mejor dicho ¿Quién podría hacerlo?
Ya era la tarde y el sol empezaba a esconderse, recolectaba sus cultivos con paciencia a unos metros del refugio pero parecía que ser un kitsune implicaba no tener la suerte de tu lado.
El ambiente se enfrió repentinamente, observó aterrada como a la lejanía una fina capa de hielo congelaba todo lo que se cruzaba hacia su dirección. Sus pies se movieron con rapidez a dirección a su hogar. Luego de tantos años, finalmente, él la había encontrado.
El Rey Dragón del mar del este se había jurado acabar con todo aquel que pertenezca a la raza kitsune y luego de un par de meses había logrado encontrar aquella molestia que rondaba perturbando sus sueños. Se acercaba lentamente viendo como aquella mujer corría, algunas veces arrastrándose con desesperación para escapar a toda costa de él, sus pisadas resonaban fríamente por todo el lugar congelando todo a su paso.
Ao Guang siguió a la kitsune de cabellos castaños hasta una cueva, parecía una especie de refugio donde probablemente se había estado escondiendo todo ese tiempo. Destrozó la puerta del lugar y entró con tranquilidad, la mujer lo esperaba en posición de ataque con una lanza de madera, lo observaba con nerviosismo y a la vez con un sentimiento que percibía en los ojos de todos sus enemigos, furia. El Rey Dragón pudo ver reflejado en sus ojos la furia de todo el clan kitsune sediento de venganza, lastima que Ao Guang no era alguien que se preocupara por esas cosas, no era un ser que temblara fácilmente ante cualquier amenaza, al contrario, él era un ególatra orgulloso.
Con facilidad logró destruir todo objeto con el que la mujer pudiera defenderse y la interceptó contra una de las paredes, ella luchaba contra aquella fuerza que la apresaba pero todos sus intentos de liberarse eran inútiles.
-Malditas seas, Ao Guang. T-tu reinado caerá, tarde o temprano. N-nosotros, los kitsune, no descansaremos hasta verte caer en la misma desesperación que tú... nos has provocado ese día. Has cometido un gran error, Rey Dragón, un error que pagarás muy caro, no importa q-que tan lejos estés, cuánto tiempo pase o quién seas, nosotros viviremos en tu mente y no p-podrás descansar de nuestros gritos pidiendo piedad hasta el final de los tiempos.- Exclamó entrecortadamente con una respiración agitada.La risa del hombre resonó por el lugar y sonriendo con cinismo dijo;
-En realidad, no podría importarme menos esas débiles voces de las cuales hablas, porque no son más que simple música para mis oídos.Al terminar de hablar, los ojos llenos de vida de la kitsune se ensombrecieron. Su cuerpo dejó de luchar y ya no podían escucharse signos vitales de él. Shen Gongbao, uno de los fieles soldados del Rey Dragón, Apuñaló el corazón de la joven con su espada a sangre fría, sin piedad dejó caer su cuerpo al suelo como si fuera un simple costal de papas.
-Ella ya estaba cansandome-.
Ao Guang caminó a la salida del refugio pero un llanto de bebé llamó su atención, con curiosidad se acercó hacia un pequeño escondite, un pequeño kitsune de pelos albinos reposaba entre mantas, llorando en busca de su madre. El Rey Dragón no pudo hacer más que asombrarse y tomarlo entre brazos.
Un kitsune albino era algo extraño de ver, en la historia del mundo solamente se habían registrado dos casos, se decía que estos contenían algo especial en su interior, un poder que nadie había podido presenciar nunca.
El adulto gruñó confundido mientras acariciaba los pelos albinos del niño, había jurado matar a todo kitsune que pisara la tierra, pero tal descubrimiento se le había salido de las manos, tal vez y solo tal vez, no cumpliría su palabra en su totalidad. Gongbao miró confundido a su jefe, viendo como salía del refugio con el bebé en manos.
-P-pero señor... ¿U-usted cree que es buena idea?
El Rey volteó hacia su dirección con enojo. -¿Acaso dudas de mis decisiones?
-P-por supuesto que no señor... p-pero ¿Qué planea hacer con el niño?
-Tengo otra misión para tí, Shen Gongbao. Criaré a este niño como si fuera mío y lo convertiré en uno de mis más fieles soldados pero no será más que una máquina de matar, tu deberás protegerlo y entrenarlo mientras yo no esté- Dejó el niño en brazos del contrario mientras este lo observaba confundido ¿Debía quedarse allí? y de su bolsillo sacó un frasco de cristal con un líquido cristalino dentro- Una gota y podrás hablarme sin importar donde estés, solo necesitas colocarla en agua, ¿Entendido?
-M-moriré-
-¿Te niegas?
-M-moriré intentando crear el mejor soldado para usted, m-mi señor.
El Rey Dragón lo observó unos segundos en silencio - Para la próxima solo asiente.
Se alejó con tranquilidad de Gongbao rumbo a su hogar.-¡S-señor! Espere ¿no debería de p-ponerle un nombre?
-¿Un nombre? -Ao Guang volteó mirándolo de reojo mientras sonreía con sarcasmo- Su nombre es (____).@wilder_wo
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Kitsune [Nezha x Male!Reader]
Fanfiction¿Has oido hablar sobre la raza kitsune? (____), el único sobreviviente de la raza kitsune Y Nezha, la perla demoníaca. Ambos son juntados por el destino y la venganza, en busca de la verdad. 你敢读一读吗? Este fanfic está inspirado durante y después de...