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Estoy tratando de llamar a Dean,pero no me contestan, Sam me dió su número antes de salir de la habitación  en eso entra el y  un Señor, supongo yo que es el abuelo de ellos, Samuel Campbell

—¿No puedes cuidar a tu hermano? —le dice a Sam, yo me quedo callada

—Bueno, Yo no creí que el.... —lo interrumpe

—Ya no es el mismo Sam —Empieza a sacar cosas de un bolso —es un monstruo y tienen hambre —trato de que esas palabras no me ofendan, no quiero que intente matarme a mí también —Vamos a tener que hacer lo correcto

—Les dije que me mataría cuando viniera —escuchamos la voz de Dean y todos nos exaltamos

—Mierda Dean —hablo por primera vez desde que llegó Samuel —¿Donde estabas? —veo que Sam y su abuelo sacan unos machetes

—¿Ya comiste? —le pregunta Samuel y el camina de un lado a otro

—Fui a visitar a Luisa —aclara —lo cuál fue una mala idea

—Dean, contesta la pregunta —le exige su abuelo y Sam lo mira a la expectativa, Dean se voltea a vernos

—Puedes relajarte, no me bebi a nadie —le responde y todos nos relajamos

—Gracias a Dios —contesta Samuel

—Pero estuve cerca —confiesa

—Dean, ya cállate —le digo, algo me dice que esto no acabará bien, Dean se quita la chaqueta, Sam y su abuelo lo miran con si en cualquier momento les saltará a sus cuellos y les chupará la sangre

—Muy bien, hazlo —Dean se pone frente a Samuel

—Muy bien, si insistes —Samuel se acerca a él y yo sigo esperando que Sam interfiera pero no lo hace y no lo hará —O podría reconvertirte  —mi mirada conecta con la de Dean y luego con la de Sam

—¿Que? —respondemos los tres al mismo tiempo

—No vine hasta aquí para matarte Dean, vine a salvarte —los cuatro nos sentamos en la mesa que está en la habitación y Samuel saca un diario y nos lo extiende —es el diario de mi abuelo, la cura es una receta Campbell, es como una sopa, nadie la ha probado desde hace mucho por lo que oí es una mala experiencia

—Fabuloso —digo leyendo el diario

—Oye es una receta buena —me responde y luego mira a Dean —pero mucho está en ti, si bebes se acabó, no funcionará y hablo de una gota de sangre humana —ahi se van mis esperanzas y Dean y Sam notan eso

—Entiendo —dice Dean mirándome y yo solo alzo los hombros al parecer el también tenía esperanzas para mí

—¿Enserio? Porque vas a beber, es cuestión de tiempo —le habla Samuel

—¿Que necesitamos? —le pregunto al viejo

—Mucho lo tenemos —me mira —pero faltan cosas, lo más difícil de la lista, la sangre de quién lo convirtió

—El tipo era grande —Responde Sam

—Nada en la receta es fácil —nos mira Samuel

—Puedo conseguirla —me levanto de la mesa y los tres me mira

—¿Vas a ir a su nido? —me pregunta Samuel

—Soy una de ellos, solo tengo que entrar, estar con el a solas y.... darle toda la sangre de muerto que pueda

—¿Que tal si hablamos con el? —interviene Sam

—No —Dean se adelanta en responder —tu hueles —el nos mira extrañado

De vuelta en Beacon HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora