Capítulo 32: Los ojos de la manada

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Adicional

- Esta está muy linda mi Cami por si es una niña - le mostró un vestido color naranja

- Si mamá me gusta esa, también la voy a llevar - ambas estaban organizando las cosas que llevaría al hospital, hoy tendría que internarse para tener al cachorro en unos días

Solo faltaban días.

- A mi le gusta este por si es varón - le mostró un conjunto color verde

- ¿Sabes papá? Ese fue un regalo del Rey Emiliano.. así que también lo llevaremos - ella camina unos pasos para tomarlo y ponerlo en la valija

Pero siente algo romperse dentro de ella, como su ropa se humedecio de repente, había roto bolsa, ni siquiera puede entender que estaba pasando, rápidamente llamaron a los alfas para ir al hospital, el bebe estaba llegando antes de tiempo. Se prepararon con velocidad para no perder ni un segundo y llevar a Camila.. pues su cachorro nacería hoy mismo.

Fue un descontrol de aromas y emociones, la llevaron hasta el auto subiéndola con cuidado, pero con prisa o el cachorro nacería en el vehículo. El que manejaba era Dante ya que tanto Nicolás como Lorenzo parecían estar más nervioso que la mismísima Camila quien tarareaba una canción y practicaba sus respiraciones como Maria le indicaba.

~

Camila habia entrado en trabajo de parto hace maso menos una hora, la familia Real y los Herederos ya estaban en el hospital.. ansiosos por el nacimiento del cachorro futuro bebe real o heredero. Lo tenían claro.. el color de los ojos del bebé definiría quien había ganado después de meses la guerra fría habría llegado a su fin, este siempre fue parte de su plan. Sabían que la tentación sería muy grande poniendo a los dos alfas y a la omega en el mismo departamento, sus aromas irresistibles iban a superar su autocontrol por completo, solo debían dejar que la naturaleza lleve su curso y uno la termine embarazando, hoy quedaría claro quien obtiene la victoria y quien deberá asumir la derrota.

Claro que Nicolás y Lorenzo no estaban ni siquiera cerca de sospechar lo que sus familias habían planeado, ellos simplemente pensaban que era una idea para que se llevaran mejor y ella pudiera elegir, la verdad estaba muy lejos de su alcance y más que eso muy lejos de predecir que la apuesta seguía firmemente de pie.

Los alfas estaban ansiosos su menta con chocolate se sentía intensa, ácida en la garganta de todos, por eso les habían dejado estar a unos pasos más cerca de la sala donde ella estaba, por lo que sabían estaría dando a luz precisamente en este momento, lo supieron cuando escucharon un grito, quisieron entrar sintieron a su omega en riesgo o más bien eran consumidos por sus propios temores. Karolina y Lisandro los detuvieron, les dijeron que los doctores estaban con ella en ese momento ayudándola a que todo salga bien que debían confiar, ¿Pero quien manda a calmar a dos alfas perdidamente enamorados de su omega?

Lorenzo estaba a nada de comerse las uñas, miraba fijamente en dirección a la sala de partos como intentando ver a través de la puerta, pensando en todo lo que podía salir mal y como ayudaría a su omega, se la imaginaba ansiosa, agitada, angustiada pero solo era el reflejo de sus propias emociones, su corazón retumbaba en sus oídos.

A Nicolás ya le empezó a faltar la respiración, miraba el techo, el piso, de un lado al otro sin poder estar quieto daba uno pasos y contaba los segundos en su cabeza, a nada de correr a esa puerta, sabía que su omega lo necesitaba y como no, si era posiblemente el momento más importante de su vida y no podía estar ahí con ella.

Hasta que todo en la sala se detuvo cuando el sonido del llanto de un bebé apareció en el aire. Había nacido. "Cachorro" dijeron los alfas en su mente y caminaron hasta la sala siendo totalmente imprudentes al tocar la puerta. La doctora salió de la habitación con la sonrisa que los tranquilizo.

NUESTRA OMEGA || CEREZAS #Libro2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora