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—Menos chachara Hwa.

—Hongjoong.

La habitación se sumergió en un silencio mayor, si cabía. Los chicos alternaban su mirada entre Hong y Yeo, sus linternas también. La habitación era una combinación de luces moviéndose en todas direcciones.

El rubio mentiría si dijera que aquellas palabras no le afectaron. Por ello, no se permitía levantar la vista del suelo. Sabía que no podría mirar a Seonghwa con indiferencia, sería con rabia o con tristeza, pero no con indiferencia.

Wooyoung se percató y fue directo a abrazarlo pero este apartó sus brazos de un estirón. Era rabia, sin duda. Una mezcla con la tristeza, tal vez. El resto de Ateez los observaba y fueron conscientes del dolor que aquellas palabras acarreaban. A Seonghwa se le contrajo el rostro.

—Pero eso es porque con Hong-

—Pongamos otra regla,—le interrumpió Yeosang— nada de explicaciones. Porque, Seonghwa,— le miró por fin—solo vas a empeorarlo.

Cogió el tequila del centro y tomó un gran trago directo de la botella. El resto aprovecharon para tomar también. Seonghwa tomó más que todos.

Por otro lado, Hongjoong no podía parar de sonreír internamente. Estaba preocupado por Yeosang, le tenía mucho cariño y era un miembro después de todo, pero las palabras de su mayor tenían un efecto en él que no podía esconder.

Siguieron con el juego. Le tocaba preguntar a Seonghwa. Giró la botella con miedo. Recién empezaban el juego y las cosas ya se habían torcido. No diría nada comprometido a nadie más jugando, nunca.

—Wooyoung.— anunció Yeosang con una sonrisa. Se suponía que Seonghwa debía decir la pregunta pero, después de que Wooyoung rompiera esa regla, ya no importaba. Se iba a vengar, claro que lo haría.— Tumbate en el suelo. Boca arriba. San hará diez flexiones sobre tí. Podéis daros un besito al final si queréis.— habló en tono filoso.

—Yeosang...— advirtió Yunho.

San no entendía porque Yeosang estaba tan enfadado pero, no le dió muchas vueltas. Era demasiado inocente como para darse cuenta de los motivos que impulsaban ese reto.

Wooyoung, en cambio, miró a su amigo con el ceño fruncido. Sabía porque lo había hecho. No era para ayudarle con San, el chico que le gustaba desde que había tenido el gusto de conocerlo. Yeosang quería vengarse por haberle puesto en un aprieto antes y tenía la intención de ir a donde más dolía. Tampoco le importó. Se levantó de su sitio.

San al verlo hizo lo mismo. Realmente no era capaz de percibir la cantidad de tensión que había en el ambiente.

—Chicos. ¿Porque estáis tan callados? ¿Es por la respuesta de Hwa? Pero, es normal, ¿No? Los dos son igual de viejos. —Habló con total honestidad. Dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, y él era los dos.

Provocó que todos rieran a carcajadas, rompiendo el silencio de la habitación.

—¡Ey!— se quejó el mayor.

—No miente.— río Yeosang y miró a Hwa, dedicándole aquella sonrisa. El mayor se la devolvió aliviado, como si la curvatura de esos labios le quitaran un peso de encima.

A partir de ahí, el juego siguió menos tenso. San no era consciente del bien que había hecho. Y, si bien Yeosang perdona pero no olvida, podía hacerlo por una noche, solo por una.

Wooyoung se tumbó en el suelo y San hizo sus flexiones correctamente. En algunos momentos, sus labios parecían a punto de rozarse. Yunho y Mingi gritaban entre emoción y nervios por sus dos amigos. Que cerca estaban de enviarlo todo a la mierda, pensaban.

Te Reto [CAPÍTULO UNICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora