6. El recuerdo de una ayuda

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Jack y Eloise habían estado caminando por las calles de la ciudad, se habían quedado de encontrar porque Eloise le ayudaría a hornear un pastel para su madre, quien en ese día cumplía años y bueno, no podría haber festejo sin pastel

Ahora se encontraban por la galería gourmet caminando cuando Jack tomó su brazo haciéndola detenerse. -¿Qué pasa? -preguntaba Eloise confundida. -Mira ahí -respondió señalando la escena en la que Wonka estaba frente a tres hombres; quien uno de ellos era De Rapiña, Jack parecía mirar con enojo en su dirección, lo que despertó tanto la curiosidad como las alertas de Eloise

-¿Por qué? ¿Qué pasa? -cuestionaba dudosa

-Ese hombre de en medio, el moreno, es de quien te he hablado anteriormente

Eloise entonces supo que se trataba de algo serio y sus alertas se activaron aún más, ambos se acercaron un poco, lo suficiente al menos para oír lo que decían

-Debo decir que, de todos los chocolates que he probado, éste es, sin duda.... El peor-afirmaba de Rapiña, mientras que Eloise parecía molesta ante sus palabras, ella había probado sus chocolates, y lejos de ser los peores, no había ningún otro que se asimilara, aunque sea un poco, al sabor de los que él mismo hacía

Eloise intentó acercarse lista para desmentir sus palabras, cuando su amigo la detuvo
-No Eloise, créeme que no es buena idea interferir en las acciones de ese hombre
-aseguró, ella lo volteó a ver, entre molesta por haberla detenido, y confundida por lo que acababa de decir -Al menos... no directamente -continuó -Sólo de una forma se puede sabotear los planes de éste tipo de personas, y eso es yendo un paso delante de ellos, de lo contrario, son capaces de cualquier cosa con tal de abrirse paso hacia lo que buscan lograr, ya sabes lo que ocurrió con... -ella lo abrazó para animarlo, lo cual no le permitió terminar su frase, pero, saber que tenía el apoyo y consuelo de ella, lo hacía sentir mejor

Los tres hombres habían comenzado a flotar, entonces Wonka dirigió su mirada hacia las personas, identificando al instante la presencia de Eloise, quien a pesar de estar abrazando a Jack, al levantar su mirada, ésta conectó con la de él, ambos se dedicaron una sonrisa durante unos segundos, entonces se escuchó la voz nuevamente de uno de los hombres que se encontraba en el aire, haciendo que Wonka desviara su mirada hacia arriba -¡Dudo mucho que alguien quiera comprar esos chocolates tan extraños!

-Bueno, ¿qué les parece si lo averiguamos?
-abrió su frasco -¿Quién quiere probar uno? -entonces las personas rápidamente se acercaron rodeándolo, mientras él hacía que los chocolates flotaran dirigiéndose hacia las personas, conforme le iban pagando con una moneda, muchos empezaban a flotar mientras se tomaban de las manos y daban vueltas por el aire, otros hacían pose de superman, entre tantas otras cosas

Jack y Eloise miraban la escena divertidos, Wonka nuevamente la miró y le dedicó una sonrisa que ella devolvió mientras agitaba su mano en señal de despedirse, el agitó su mano también, y ambos amigos continuaron su camino alejándose de la escena para dirigirse a comprar lo que necesitaban

Mientras iban caminando, su amigo tenía curiosidad -¿Conoces al chico de los chocolates?

-Sí, es un amigo, está hospedandose donde trabajo, y en realidad, sus chocolates son muy buenos -aclaró

-Lo imagino, y ahora veo porque te preocupaste... -dio una pequeña pausa y continuó -Estoy seguro de que aquél hombre no permitirá que tu amigo triunfe, para empezar, debe tener una tienda si esque quiere vender chocolates, de lo contrario, las autoridades decomisaran sus ganancias, y seguramente ahora ya lo hicieron

Eloise detuvo sus pasos abruptamente
-¿Estás diciendo que le quitaron el dinero que él mismo se esforzó en producir, sólo porque no tiene una tienda? -su mirada era de incredulidad, y en realidad, era comprensible

𝐌𝐞𝐦𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐏𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚𝐬 | Willy WonkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora