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Mingi quería golpear a Yunho.

Quería ponerse frente a él, mirarlo a los ojos, ser capaz de enfrentarlo y poder decirle que no era necesario que le mintiera, que podía ser sincero con él, porque Mingi no le creía nada de toda esa fachada de estudiante, novio, amigo e hijo perfecto que le vendía a todo el mundo.

Mingi quería ser capaz de decirle que podía confiar en él a pesar de que Yunho lo odiara.

-Bueno, ¿por qué estás enojado,Mii?

Levantó la vista cuando en la habitación entró su psicólogo, Taeyong sonriéndole ampliamente, y trató de relajar su expresión seria y enojada.

Taeyong se sentó en el puf frente a él.

Estás enojado, ¿qué pasó?
-preguntó Taeyong hablando en voz alta pero usando el lenguaje de señas también.

Mingi agarró el lápiz de color amarillo sobre la mesa, comenzando a apuñalar las pobres hojas que Taeyong solía tenerle para que dibujara o escribiera.

—Mingi, Mingi, ¿qué haces? -insistió Taeyong-. ¿Qué hemos hablado acerca de tus emociones? Las hojas no te han hecho nada.

Lo ignoró y Taeyong suspiró, tomándolo de las manos para detenerlo. forcejeó, enfurecido,para luego abrir su boca.

-¡Mordidas no, Mingi! -regañó Taeyong.

Mingi soltó un ruido extraño, entre un bufido y un gruñido. Taeyong logró que soltara el lápiz y las hojas, mirando el papel blanco arruinado.

Odio que se vean blancas y perfectas -expresó Mingi-. Me gusta que estén sucias, que se vean feas, como yo.

Taeyong frunció los labios, pensativo, negando con la cabeza.

No estás sucio, Mingi -dijo Taeyong con calma, como si el arrebato de Mingi no hubiera llamado su atención.— ¿Has tenido pesadillas?

Mingi hizo el amago de agarrar nuevas hojas, pero Taeyong le miró con advertencia.

—¡Lo odio! ¡Lo odio! -soltó Mingi amurrado.- ¡Es... es un idiota!

Mingi, no estoy comprendiendo nada -contestó Taeyong.

¡Yunho!

—¿Es un nuevo amigo?

—¡Es un grano en el culo!

—¡Mingi!

— ¡Me mira como... como si yo fuera tonto, y trato de ser agradable con él, pero es falso, es un hipócrita, es un cínico, y eso me enferma! ¡Odio a la gente mentirosa! -Mingi soltó un resoplido.- ¡Me odia, ¿cree que no lo sé?! ¡Pero se porta bien conmigo porque es un tonto lameculos que tiene que ser bueno con todo el mundo! ¡No quiero que sea bueno conmigo! ¡Quiero que me odie y me lo demuestre!

Taeyong no dijo nada por varios segundos con expresión sorprendida y algo divertida por lo que le estaba diciendo Mingi para luego sacudir la cabeza.

-Creo que debes ser el primer paciente que те dice que quiere ser odiado -comentó como si nada, anotando algo en sus hojas. Mingi, ¿quieres comenzar desde el principio?

Mingi soltó un nuevo bufido, rodando los ojos para luego hacer una mueca cuando Taeyong le pegó en la frente con su lápiz, llamando su atención. El psicólogo le miró con insistencia, y Taeyong no pudo evitar recordar esos primeros días de años atrás, cuando estaba comenzando a ir y odiaba a Taeyong porque Taeyong era un adulto desconocido además de que le hacía preguntas tontas, sin sentido que no podía comprender y solía morderlo si perdía el control de sus propias emociones.

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⏰ Última actualización: Jan 05 ⏰

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Muñequito de Porcelana (YUNGI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora