Cap 14. ¿Al Barça?

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Mientras saboreaban los platillos, la curiosidad y la incertidumbre colgaban en el aire.

—¿Qué crees que está haciendo Ana aquí? —preguntó Alexia, tratando de sonar despreocupada pero revelando su preocupación.

Mapi frunció el ceño, observando a Ana a lo lejos. —No lo sé, pero su presencia aquí con su representante y el director deportivo no me gusta para nada.

—¿Crees que podría estar negociando un fichaje con el equipo? —sugirió Alexia, su mirada fija en la mesa vecina.

Mapi asintió, con gesto pensativo. —Podría ser. Pero, ¿realmente crees que después de todo lo que ha sucedido estaría dispuesta a enfrentarse a esto?

—No lo sé, Mapi. La verdad es que estoy llena de dudas. ¿Habrá sido sincera en su disculpa o simplemente lo hizo para limpiar su imagen?

Los susurros y las risas en la mesa de Ana provocaron un incómodo silencio en la mesa de Mapi y Alexia. La incertidumbre llenaba el aire mientras ambos se sumían en sus pensamientos.

—Si está aquí para negociar su fichaje, ¿cómo afectaría eso al equipo y a nosotras? —se preguntó Mapi, expresando las inquietudes que rondaban en su mente.

—Y más importante aún, ¿cumplirá sus promesas?¿Realmente está comprometida a enmendar sus errores?— añadió Alexia, con la mirada perdida en la distancia.

A medida que avanzaba la cena, más dudas tenían sobre todo lo que había pasado.

—Quizás deberíamos abordar el tema directamente con Ana. Aclarar nuestras preocupaciones y entender sus intenciones —propuso Mapi, rompiendo el silencio.

—Sí, tal vez sea lo mejor. No podemos dejar que las dudas nos afecten a nosotras ni al equipo —respondió Alexia, buscando una solución al torbellino de inseguridades que rodeaba la situación.

La cena continuó entre susurros lejanos.  Mapi y Alexia se enfrentaban a una encrucijada que podía definir el futuro del equipo y, más importante aún, su relación. Después de compartir sus inquietudes con Mapi, Alexia, sintiendo la necesidad de externalizar sus temores, se levantó con la excusa de dirigirse al baño. Sin embargo, en realidad, tenía otro destino: el refugio temporal de una llamada a Patri, su confidente y amiga de confianza.

En el baño, Alexia marcó el número de Patri, esperando encontrar consuelo en su voz.

—Patri, necesito hablar contigo. Ana está aquí en el restaurante, reunida con representantes del Barça. No sé qué está planeando, pero estoy llena de dudas y miedo.

Patri, empapada de comprensión, escuchó en silencio mientras Alexia compartía sus pensamientos más profundos.

—Alexia, intenta mantener la calma. ¿Viste alguna señal de que Ana esté aquí para algo más que negociar un fichaje?

—No lo sé, Patri. Esta situación es tan extraña. Después de todo lo que ha sucedido, no puedo evitar pensar que podría intentar algo para dañar mi relación con Mapi.

Patri, conocedora de las complejidades del pasado entre Ana, Alexia y Mapi, eligió sus palabras con cuidado.

—Mira, Alexia, no dejes que el miedo pueda contigo. Si tienes la oportunidad, intenta hablar con Ana directamente y aclara tus dudas. No permitas que esto te afecte y, si no estás seguras o quieres que te acompañe a hablar con ella no dudes en pedírmelo.

—Tienes razón, Patri. Necesito enfrentar esto de frente. Gracias por escucharme.

De vuelta en la mesa, Alexia se sentía aliviada por haber compartido su angustia. Aunque la incertidumbre persistía, también surgía una determinación renovada en sus ojos. Regresó con una mirada fija en Ana, dispuesta a confrontar las sombras que amenazaban con oscurecer el futuro.

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