Nosotros éramos la resistencia, así nos hacíamos llamar por que no estábamos dispuestos a dejarnos llevar por el tornado del caos que cada hora se acercaba mas y mas, nos mataba la incertidumbre de pensar que eso significaba el final o el principio de esto que llamábamos vida, realidad, simple existencia material en un mundo que parecía devorarnos a un ritmo acelerado.
Y sin ninguna explicación razonable las personas que no formaban parte de la resistencia parecían no darse cuenta de que el tiempo se había roto que ya nada tenia sentido y carecía de propósito alguno, después de todo, creo que era mejor que no lo supieran, una mente ignorante es una mente en paz, el conocimiento siempre implicara caos mental, pero, ¿Por qué nosotros si ? ¿Por que nosotros habíamos despertado en medio de la tempestad? podría ser que ya habíamos muerto y esto era el verdadero infierno, el verdadero castigo eterno.
Los lideres del mundo que habían estado ocultos por siglos, moviendo los hilos de la economía y el verdadero gobierno mundial , ellos quienes siempre supieron que el final llegaría y quienes serian los únicos salvos sin importar si su alma estaba corrompida, porque en el final de los tiempos ninguna de esas reglas que el hombre creo tiene sentido. Nosotros sabíamos esto y no estábamos dispuestos a dejarnos llevar , pelearíamos incluso si este barco se hundía, nos hundiríamos con el.
En este apocalipsis el mundo se detuvo, ellos habían colocado estas armas que parecían enormes circulos de fuego suspendidas en el cielo capaces de desaparecer planetas enteros en un segundo con solo un toque. Estas armas de destrucción se encontraban mas allá de nuestra limitada imaginación. Estaba claro que quienes manejaban el mundo no eran humanos, nunca lo fueron.
Mas tarde cuando callo la noche los lideres nos llamaron para reunimos, los chicos y yo nos acercamos intentando ocultar nuestro miedo, mire hacia arriba para observar lo que quedaba de lo que alguna vez fue un gigantesco cielo azul, la poca luz que llegaba iluminaba el cielo en tonos rojos y negros y aun así, seguía viéndose hermoso. De pronto todo se quedo en silencio y apareció una voz dentro de mi cabeza que se conectaba con las mentes de todos los presentes al mismo tiempo y con un tono demasiado difícil de discernir si aquel ser era un hombre o una mujer dijo:
-La vida continua de forma cíclica, nuestro mundo que a través de los siglos ha sido nuestro hogar ha llegado a su fin en este que es el plano físico, vinieron ustedes a experimentar la vida material a través de los sentidos de los que fueron dotados para ver, oler, toca y escuchar todo a su alrededor. El tiempo de este mundo se ha terminado al igual que el de ustedes, se desprenderán de su cuerpo físico en el que habitan ahora y pasaran al plano de no tiempo, existirán en el eterno ahora.
¡Lo sabemos,! Lo sabemos! hablamos en voz alta, nerviosos y asustados pero con la valentía que nos daba el pensar que ya nada importaba. Dé repente todo quedo en silencio.
Pude sentir en aquel ente un claro signo de sorpresa cuando contesto -Tal ves subestimamos su capacidad para comprender aquellas preguntas que nunca tuvieron respuesta. Por esto decidimos que podrán llevarse consigo aquello que obtuvieron en esta vida que fue capaz de modificar su propia esencia y en el siguiente plano pasara a formar parte de ustedes en un solo yo.
Al terminar la reunión me aleje de toda esa multitud, necesitaba tiempo para cuestionar mi propio ser, esto estaba sobrepasando los limites de mi comprensión, después de todo seguía siendo humana ¿Qué debía hacer ahora?.
En medio de la ciudad en ruinas apareciste tu, caminando con la tranquilidad que siempre te caracterizo, el reflejo de las luces en tu cabello hacían que tomara un color café cálido profundo y con esos mechones ondulados que caían al margen de tu rostro uno a cada lado, me miraste y me preguntaste ¿Entonces... cual es tu nombre ?
-Aura, conteste y tu lo repetiste, como si jamás lo hubieras escuchado antes. Me tomaste de la mano, no dijiste nada mas y caminamos por la ciudad en desastre, con los edificios cayendo a pedazos y las calles rompiéndose, fue como si con ese gesto me indicaras que tu elección era yo.
-Y... ¿ Que quieres hacer tu ? preguntaste, en ese momento recordé algo que había leído antes, "Nada es casual en nuestro camino hacia el alma predestinada" -Vamos a la playa y veamos el amanecer, conteste .
Caminamos, aun tomados de la mano viendo como los circulos de fuego caían desde el cielo una a una haciendo explotar todo a su paso.