este enorme vacío que llena mi existencia es creado por tu ausencia...
que difícil es vivir la vida sin ti...
Después de años buscando al fin te encontré... 𝑚𝑖 𝑙𝑖𝑛𝑑𝑎 flor... en verdad eres tú? no serás de nuevo ese sueño tan deseado? en verd...
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Narra Urogi
Era una de otras mañanas horribles y feas, me canse de fingir estar bien cuando realmente me rompo en pedazos cada ves más al no estar a tu lado, todos los días pienso...que hubiera pasado si yo hubiera sido quien moriera? En vez de ti
Me dijiste que sea feliz y sonriera para todo, pero de que sirve si en esa vida no estas tu... !?
Te ruego que hoy me puedas escuchar! Si tan sólo pudiera perdonar...la paz llegara? Si tan sólo pudiera perdonar el amor vivirá...siempre vivirá?
Realmente a nadie le importo! Solo tu eras la única que hacia que tuviera una razón para vivir, que tuviera razón al ser amado por alguien, pero como cada historia de amor... Ya no estas en mi vida...
Mi vida se siente tan vacía de tan sólo pensar en no volver a estar contigo otra vez
En mi corazón hay un hueco que no puedo llenar, ni aunque este con varias chicas, aunque sean tan hermosas... Nadie se compara a ti,mi dulce flor...
Mi felicidad me la robaste junto a mi corazón y deseo, todas las noches pienso en ti, queriendo volver a recrear esos momentos felices que alguna vez tuviste conmigo... Quiero volver a estar a tu lado, ¿puedo hacerlo? ¿Cuanto más tengo que esperar?
Si tan sólo fuera un humano, hubiera muerto contigo a tu lado ese día... Pero para mí mala suerte yo no soy un humano... Yo soy un demonio...
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. Narra narrador
-___ eres en verdad tú?- pregunto el ojiamarillo con una sonrisa más grande que la de antes, viéndose realmente feliz de tenerte enfrente suyo
-Emm...como sabes mi nombre?- respondio confundida por el hecho de que el la conocía cuando ella jamás lo había visto en su vida, sin duda algo extraño a su parecer
Por el otro lado, el azabache no le importó tu pregunta y camino hacia ti con ansias y sin ocultar su emoción, estiró sus manos hacia ti y se acercó con rapidez y antes de que pudieras reaccionar ya estabas siendo abrazada por el ojiamarillo que juntaba tu rostro contra su pecho, podiendo así sentir sus músculos
