DEADLY SINS (Hyunlix)

~ Lujuria ~

                           . ·: * ¨¨ * ≈ ☆ ≈ * ¨¨ *: ·.

Yongbok pisó por fin el último anillo. Todo estaba lleno de pintadas y graffitis en los que ponía: "LONG LIVE LUST". También había pósters vandalizados de Asmodeus y carteles rotos. Han tenía razón sobre la revolución.

Yongbok tenía miedo, caminaba con inseguridad tratando de encontrar algún palacio o lugar en el que pudiese encontrar a Hyunjin. Tras caminar durante mucho tiempo encontró un palacio, estaba parcialmente destruido pero pensó que podría encontrar algo que le devolviese al cielo.

Silencio. Crack. Las pisadas crujían en el suelo. Crack. Los crujidos retumbaban por todo el palacio. CRACK. La madera del suelo no estaba en un buen estado. CRACK. Encontró una puerta, parecía que eso le llevaría a la sala del trono. Plic. Se escuchaba un goteo lento. Plic. No había goteras por ninguna parte. Plic. ¿De dónde venía ese ruido? Plic. Yongbok vio a lo lejos un trono. Plic. Decidió acercarse. PLIC. Ahora el goteo se escuchaba mucho más fuerte. PLIC. Había alguien sentado en el trono. PLIC. Yongbok tocó el hombro de aquella figura. PLIC. PLIC. PLIC...

- ¡AAAAAAAAAAAAAAAH!

Yongbok chilló. En el trono había un cadáver. No era un demonio cualquiera. Era Asmodeus. El goteo incesante era la sangre negra del demonio saliendo de su cuerpo sin vida. Yongbok ahora sentía su piel completamente erizada, algo le decía que debía salir corriendo de ahí, así que así lo hizo, salió corriendo de aquel palacio para volver a emprender su búsqueda. ¿Dónde estaría Hyunjin?

Yongbok caminó por las calles hasta que un local llamó su atención. Estaba lleno de luces LED que emanaban una intensa luz roja. Decidió entrar.

El antro era un prostíbulo. Estaba lleno de súcubos y de íncubos. Había unas escaleras que llevaban a un piso más alto. Yongbok quiso subir, pero una súcubo le detuvo.

- Cariño, esa es la sala VIP, no puedes subir así como así. Además, está ocupada por alguien muy importante.~
- ¿Por quién?
- El nuevo rey.~
- Necesito ver al rey.
- Sólo puedes pasar si pagas o si él lo permite, cariño.~
- M-me envía Lee Know.
- ¿Lee Know?~ Supongo que entonces puedes pasar, pásalo bien.~

La súcubo abrazó Yongbok poniendo sus pechos muy cerca de su cara y le dio un beso en la mejilla. El ángel subió las escaleras y encontró una sala con un sofá circular bastante grande en el que estaba Hyunjin, con su inconfundible pelo rojo intenso, rodeado de súcubos e íncubos.

- ¿Quién eres y qué haces aquí? ¿No te han dicho que esta sala es mía?
- S-soy Felix y vengo a hablar contigo, me han enviado los demás Errant Haedos personalmente.
- Dejadnos solos. Ven aquí, Felix.

Todos los demás demonios salieron de la habitación. Felix se sentó al lado de Hyunjin.

- ¿Por qué te han enviado? -- dijo mientras encendía un cigarro.
- Necesito que me abras el portal al cielo.
- Así que eres un ángel que ha caído aquí por accidente, ¿eh?
- S-sí... Realmente me llamo Yongbok.
- Es adorable, pero te llamaré Felix, si no te importa. ¿Cómo caíste al infierno?
- Salvando a un niño que casi cae aquí. Intenté volar, pero una piedra me dio en el ala y perdí el equilibrio.
- ¿Y realmente quieres volver al cielo? -- Preguntó mientras soplaba el humo en la cara de Felix. Felix se sonrojó al ver al demonio tan cerca.
- P-pues... No lo sé, la verdad.
- Quédate aquí conmigo.
- Perdón, pero ¿Contigo?
- Sí. La verdad, eres adorable, y creo que yo también te gusto.
- ¿Gustarme? ¡Claro que no, e-eres un demonio?
- ¿Entonces por qué no eres capaz de mirarme a los ojos?

Felix se quedó en silencio.

- Además, yo no abro un portal gratis. Si de verdad quieres irte, tienes que darme algo a cambio.
- ¿El qué?
- Tu virginidad.
- ¿¡Q-QUÉ!?
- So. Como lo oyes.
- P-pero...
- ¿Pero qué?
- Si hago eso todos los demás ángeles lo sabrán, mis alas se volverán negras y...
- ¿Y qué?
- Y pasaré de ser uno de los altos cargos del cielo a ser de los más bajos... No puedo hacer eso.
- Entonces, bienvenido a tu nuevo hogar.
- ¿No podría volver a otro anillo?
- Eso es abrir un portal, y ya sabes el precio. Yo no te obligo, sólo te doy esas dos opciones. Tú eliges. Tómate el tiempo que necesites para pensar.