Abrió la primera puerta de su apartamento para cerrarla seguido de quedarse en la entrada de la siguiente puerta, una cortina de gas lo invadió para limpiarlo del aire contaminado de su mundo. Poco después de que el gas dejara de salir, se quito la mascara de gas, y abrió la siguiente puerta de cristal con una monotonía.
Se jalo la corbata anormalmente apretada en su cuello, para quitarse el saco negro, junto con los zapatos, sin nunca mirar hacia arriba.
Las lagrimas bajaron por sus mejillas hasta llegar a su mandíbula donde se posaba su barba desaliñada, se apoyo en la pared donde daba a la sala.
"..."
Lloro lentamente mientras que la soledad lo abrazaba con sus fríos brazos, sus respiraciones entre cortadas hacían eco en su apartamento, no hizo ningún movimiento o alguna acción, pero todo lo que hizo fue llorar en silencio.
¡Fue tu culpa!
¡Si no fuera por ti, ellas!
Su mirada perdida nunca dejo ver el cercano techo, sus ojos enrojecidos miraron fijamente la nada, se quedó ahí por un tiempo, quería gritar, pero su voz no salía, quiso golpear algo, pero, sus fuerzas no existían en este momento.
Las palabras resonaron en su cabeza, sabía que tenía la culpa, no tenía que recalcarle ese hecho, no. Realmente merecía eso, si no fuera por su ideología estúpida ellas...
Rodo la mirada por el pasillo solitario y oscuro, para ponerse de pie lentamente mientras que se apoyaba en la pared, observo la sala de estar, había cosas regadas por todo el piso, así como juguetes de niñas.
Su corazón se apretó, y las lagrimas salieron de golpe, camino a paso lento y se acerco a un pequeño conejo rosa, lo tomo con sus manos temblorosas, su cara se arrugo, su boca tembló intentando amortiguar un grito que salió de todo su ser.
Sin saber, el grito y grito, acerco el conejo a su pecho lleno de sangre, cayo lentamente de rodillas y se llevo el conejo a la cara.
No supo cuanto tiempo paso gritando, ni cuanto tiempo paso llorando. Lo único que le importaba era desahogarse en este momento.
"..."
Miro el ahora lejano techo, se quedo todo el tiempo en ese mismo lugar, mientras que lo mantenía en su pecho al pequeño conejo. Su mente divago en como las cosas hubieran cambiado si el no hubiera tenido ese tonto ideal.
Había traído un sentimiento, una idea a la vida real de un video juego, por supuesto, el fue estúpido y lo termino pagando, levanto sus manos hacia arriba y pudo verlas, manchadas y en negrecidas de sangre.
"..."
Miro hacia la izquierda, y miro el teléfono de la casa sonar, no tenía ganas de levantarse, pero, ¿y si era algo importante? No, ¿Qué iba ser más importante ahora en su vida? Ya no tenía sentido su vida de ahora en adelante.
El teléfono volvió a sonar haciendo que el desagradable sonido retumbara en su cabeza, sus tímpanos 'lloraron' rogando que el maldito y desgarradora melodía se detuviera de una vez por todas.
Se puso de pie ya harto, camino hasta la lacena, observando el teléfono de alta gama, su pantalla holográfica de color azul blanca, observo el nombre del hombre que lo estaba llamando.
Inspector, Kenichi.
Suspiro, y toco la tecla holográfica verde.
"¡Oh!, gracias al cielo, estaba preocupado, por ti, Toji-san"
El cerro los ojos y escucho la voz del hombre en su cabeza. Suspiro un par de veces.
"¿Sucede algo, inspector?"
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different story
FanfictionVolver al juego, solo fue un desahogo emocional, después de todo lo que paso con el y su familia, realmente necesitaba un respiro. Volver a ver todas las cosas que el y sus amigos crearon, intentar hablar con ellos para pasar nuevos momentos juntos...