epílogo

308 39 14
                                    

Me muevo con mi hija de una lado al otro, no se quiere dormir y sinceramente me estoy desesperando.

-Mi cielo ¿Por qué sigues llorando?- Su llanto no se distinguirlo si es por malestar, sueño o desesperación – ¿Extrañas a papá?- deja de llorar y me ve – Si, extrañas a papá, yo también lo extraño, pero debemos esperar un poco, llegara mañana con nosotros- su labio inferior se abulta y vuelve a llorar – Mi cielo- Respiro profundo para que no me gane la desesperación.

Veo a cooffe subirse al mueble, se acuesta y me ladra, con el hocico se señala el costado de su cuerpo.

-Cooffe tu eres un ángel definitivamente – acuesto a mi hija sobre ella como si fuera el cojín de lactancia, el llanto de mi hija disminuye hasta llegar a ser nulo – Eres la mejor, gracias- ella me llame la mano – Buen trabajo- acaricia su cabeza.

Me siento en el suelo a un lado de mi hija, le doy mi mano y ella sostiene mi dedo, le hago pequeñas caricias en sus pies mientras veo sus pequeños deditos y los cuento.

-Se que aún no me entiendes pero hay algo que me gustaría contarte- ella me ve mientras se está comiendo su manita libre – El día que desperté tuve mucho miedo, no quería abrir los ojos por miedo a darme cuenta que te había perdido – ella me ve sin moverse, como si me prestará toda su atención – Se que estaba llorando desconsolado porque pensé que no estarías, y mi sorpresa al abrir los ojos es que estabas creciendo de manera correcta dentro de mi- beso la plata de sus pies – Era una barriga no tan grande, y cuando la toque te moviste, estabas ahí bailando como lo haría tú papá – ella nueve su bracito de un lado al otro como celebrando el nombrar a mi amando esposo – En ese momento me llene de tristeza y rabia, ese hombre cruel me había robado 4 meses y medio de tu crecimiento pero lo bueno es que pude estar despierto para tus últimas semanas en mi vientre- ella hace burbujas con su saliva – Recuerdo como tú papá entro desesperado a la habitación, lloro al verme despierto y lo único que yo podía hacer era pedirle perdón por no llegar a nuestra boda- sonrió – Yo había prometido estar con él en el altar y no pude cumplirlo en ese momento- limpio las lágrimas que no sabía que había derramado – Te voy a confesar algo que nunca le he dicho a él – mi hija bosteza pero no cuerda sus ojitos, siento que está prestando toda su atención a mi relato – Yo escuche a papá a tú papi todo ese tiempo que estuve dormido, lo escuché llorar, hablarme, pude sentir su tristeza y su miedo, al igual que sus besos y sus caricias y sobre todo su amor hacia nosotros – acaricio su cabello negro azabache – Amo tanto a tú papá que aún no soy capaz de perdonarme el dejar que nos lastimaran a ambos porque se perfectamente el dolor que eso le causó a él, todo lo que sufrió y siento que es mi culpa- mi hija vuelve a bostezar – Ya puedes dormir tranquila, yo estaré aquí junto a ti-

Definitivamente creo que ni hija me entiende, porque sus ojitos se cierran y cae dormida en cuestión de nada, veo a mi perrita ella me ve con esos ojos de amor que solo ella puede expresar.

-Gracias- apoyo mí brazo en el mueble y en el mi cabeza, el cansancio que tengo hoy ya no me deja levantarme, hoy estuve solo en la casa, la chica que nos ayuda enfermo y no quería hacerla venir así y menos estar cerca de mi hija, es muy pequeña para enfrentarse a los virus.

Siento que me tocan el hombro y salgo asustado, me alejo de quien me tocó y busco rápido a mi hija, no la veo acostada con cooffe y me levanto rápido.

-Amor calma, soy yo, yo la tengo- levanto la mirada y veo a mi esposo, caigo al suelo y coloco mi mano sobre mi pecho – Lo siento, lo siento, no quise asustarte-

-Nini- las lágrimas caen – No me vuelvas a hacer eso – él se agacha y me abraza con cuidado.

-Lo siento, lo siento, no quise asustarte- me empieza a llenar la cara de besos – Ven, dejemos a Jiyu en la cuna y tú y yo a dormir – me ofrece su mano y la tomo, me ayuda a colocarme de pie – Lo siento mi cielo- limpia algo en mi rostro -¿Por qué estabas llorando?- veo la hora en la pared y noto que solo dormí solo 10 minutos - ¿Amor?-

-Yo, yo estaba hablado con Jiyu y solo empecé a llorar-

-¿Te sientes mal? – niego - ¿Seguro?- asiento.

-Vayamos a dejarla en la cuna, créeme que nos costó mucho dormirla, el trabajo más duro lo llevo su hermana mayor- él ve a cooffe.

-Buen trabajo hermosa, eres la mejor por cuidar de ambos – ella ladra en mute para no despertar a mi hija-

-Vela llevando, yo llevaré a cooffe al jardín antes de acostarnos-

-Esta bien- me da un beso en la frente – Te espero en la ducha – asiento.

Se aleja de mí y se pierde escaleras arriba, veo a cooffe y ella se baja del mueble, camina hacia la puerta del jardín.

-¿Ya te acostumbraste a la nueva casa?- ella ladra – Yo también, es muy hermosa y mucho más segura- veo como ella hace sus necesidades, las recojo y las arrojo a la basura – Vayamos a dormir – ella ingresa, cierro la puerta del jardín, tomo las toallas húmedas y la limpio bien incluyendo las patas – Ahora si puedes ir a dormir- beso su cabecita, se aleja de mi y escucho como sube las escaleras – Por favor se eterna, no sabría que hacer si mueres – boto las toallas que utilice, me lavo bien las manos, activo la alarma de la casa y apagó las luces, subo las escaleras, voy hasta mi habitación, me quito la ropa y entro al baño, la regadera suena, entro y abrazo a mi esposo desde la espalda, apoyo mi mejilla en su espalda, él se da la vuelta y me abraza.

-Hola-

-Hola- me besa – Llegaste hoy, pensé que llegarías mañana –

-Hice mi trabajo lo más rápido que pude, ellos saben que estoy de permiso, eran las condiciones del contrato-

-Hasta que no estemos mejor, no puedes cumplir un horario extenso –

-Exacto- acaricia mi mejilla - ¿Por qué estabas llorando?- lo veo a esos hermosos ojos de oso pardo.

-Porque aún me duele haberte dejado en el altar – sonríe de manera discreta.

-Mi cielo no fue tú culpa, no sigas pensando en eso-

-Pero mi vida, yo prometí estar contigo en el altar, no de dejaría ahí, y yo solo podía imaginar tú carita triste esperándome-

-Mi cielo, yo estaba aterrado, peor sabía que no fue por ti, y eso era peor, pero ya no pienses en eso, ya estamos casados ¿Lo olvidas?- hago mala cara.

-Solo registramos el matrimonio, no hubo ceremonia y tú mereces ese momento-

-¿Solo yo?-

-Yo también la quiero pero tú la mereces-

-Tranquilo, ¿Te gustaría casarte conmigo la semana que viene?-

-La semana que viene y en la siguiente vida si es posible también- su sonrisa me hace sonreír a mi – Te amo-

-Te amo-

El guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora