Prólogo: Acción y reacción

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Deen


Tal vez alguna vez han escuchado la frase "cada acción tiene una reacción" y, la verdad, es una frase muy cierta. Tal vez, si la hubiera sabido antes, no estaría en esta situación.

Solo me limité a mirarla, a aquella que había arruinado todos mis planes para el futuro y, a la vez, a la chica que me hizo sentir como si fuera el hombre más afortunado del mundo. María, la persona a la que le entregué todo y que solo supo darme dolor, cariño y confusión.

—Deen, ¿me estás poniendo atención? —me dijo aquella chica de cabello castaño, ojos cafés, tez trigueña y contextura delgada que la hacía ver muy atractiva.

—Sí, solo pensaba en lo que me dijiste —solo me limité a suspirar; no había otra cosa que pudiera hacer. Aquello que me había dicho me tenía impactado, además de que cambiaba todo.

—¿Y qué vamos a hacer? —me preguntó con evidente duda en su voz y solo me limité a mirarla. La verdad, estaba muy nervioso, pero no quería transmitirle eso a ella; me preocupaba cómo lo tomaría.

—¿Qué quieres que te diga? —dije con tranquilidad, aunque la verdad no estaba nada tranquilo. ¿Qué más podía hacer?

—¡Lo que sea! —me respondió con enojo—. ¡Cualquier cosa que no sea solo quedarte mirándome como un imbécil!

Empecé a reír gradualmente mientras ella seguía mirándome con esa mirada de molestia. Se veía tan tierna y hermosa que me ponía los pelos de punta.

—¿De qué putas te ríes? —casi gritando, me dijo.

—De lo tierna que te ves —le respondí.

Simplemente reí mientras contemplaba cómo su expresión cambiaba de enojo a vergüenza y se extendía en el asiento del parque.

—Cállate, simplemente evitas el problema con tus bromas —dijo eso mientras también suspiraba y sonreía un poco. Eso me calmaba demasiado.

—En realidad tengo una solución —ella volteó rápido y me miró expectante. Solo pude mirarla mientras le iba a decir una de las decisiones más importantes de nuestras vidas.

Entre luces y sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora