#1# Mis hermanos de elección

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Deen


Desperté con el sonido de una canción. Era el tono de llamada; algún imbécil me estaba llamando a estas horas. La canción era "Danza del Fuego" de Mago de Oz. Decidí responder la llamada y la puse en altavoz.

—Aló —dije con evidente sueño. Acababa de despertarme y estaba teniendo un buen sueño. Esperaba que valiera la pena.

—Hey bro, ¿se acaba de levantar? —respondió una voz joven.

—Hey bro, estaba nadando en hielo cuando me llamó —dije con evidente sarcasmo—. Estaba dormido, ¿Qué quiere, hijo de puta?

Respondí aún con sueño pero más despierto. Ese idiota me llamaba a estas horas y ¿de verdad esperaba que le respondiera con los brazos abiertos?

—Necesito que esté bañado y listo dentro de 30 minutos. Ya salgo para su casa.

Este imbécil se levantó y se golpeó la cabeza o qué idiotez estaba planeando.

—¿Algo más? Si quiere le preparo desayuno de paso —le dije con la voz llena de sarcasmo. La verdad, me estaba molestando un poco que me dijera las cosas sin ninguna explicación.

—Sí, gracias, bro —dijo con evidente sarcasmo. Maldito.

—Ya quisiera. ¿Para qué, bro? —dije con duda mientras me levantaba de la cama rumbo a la cocina.

—Tenemos que recoger a Brandon y a Esteban, e ir al colegio para el primer día.

Me lo dijo con una simpleza que hasta yo me irrité.

—Sí, sí, eso lo entiendo, pero...

—¿Pero? —su duda se podía escuchar por el teléfono, y eso me hizo enojar más.

—¡Porque son las putas tres de la mañana! —respondí con enojo y molestia. La verdad, quería descansar bien ya que ayer me acosté bastante tarde. Y lo peor de todo, estaba soñando con la chica que me gustaba, así que esperaba que fuera bueno.

—Tenemos que hablar de algo.

La verdad, no esperaba algo así y me invadió la curiosidad. Samu no decía "tenemos que hablar" si de verdad no fuera algo importante.

—Bueno, lo veo en 30 minutos.

—Listo.

Me acerqué a la nevera, saqué una manzana y, mientras comía, decidí entrar al baño con una toalla. Miré al espejo y vi mi reflejo: ojos café muy oscuros, cabello negro, tez trigueña. Tenía el cabello semi largo, entonces usualmente cuando me levantaba me quedaba a la altura de la frente. Así que decidí entrar a bañarme y esperar a ese hijo de perra.

—Samu, ¿Qué tenía que contarnos? —pregunté con curiosidad mientras miraba al chico de cabello negro corto. Él era más bajo que yo, como de 1.76, complexión delgada, y traía puesto el uniforme del colegio. Consistía en una camisa blanca con corbata azul y saco rojo, aunque nosotros nunca lo usábamos. En cambio, llevábamos sacos o chaquetas; en el caso de Samu, traía un saco gris de Rick and Morty.

—Pues les quería comentar acerca de lo que tenían planeado hacer —dijo tranquilo, con las manos en los bolsillos, mientras seguía caminando como si nada.

—¿A qué te refieres? —dijo un joven de cabellera negra corta. Era bajo, como de 1.69, tenía una complexión ancha, algo gordito, y tenía el mismo uniforme que yo y Samu, además de un saco rojo y un pendiente en forma de cruz. Él era Esteban. Junto con Samu y Brandon, ellos eran mis mejores amigos.

—Pues ya saben, con María y Julieta —respondió con una sonrisa mientras que caminaba tan relajado y algo encorvado como siempre. Esa forma de caminar, como si no le importara su vida, era algo muy característico de él.

Entre luces y sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora