Lindo parte 2

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Toge llega a la tienda para tatuarse su serpiente y para conocer al tal Megumi.

Maki le dijo que era un chico medianamente alto y cabello negro. Toge no quiso decirle nada para no molestarla pero...la descripción era demasiado general, cualquiera podía tener esas características físicas.

Toge abre la puerta y lo primero que ve fue a un joven tal cual le describió su amiga.

Alto, bastante y de cabello negro.

Ambos se miraron y se quedaron en silencio. Admirando al otro en secreto. El chico del mostrador fue el primero en hablar

"Hola ¿Viene a consultar sobre algún estilo de tatuaje o ya tienes tu diseño?" Dijo el pelinegro con una hermosa sonrisa algo tímida, pero reflejaba entusiasmo.

Madre del amor hermoso, ahora sí que se hace creyente y le rezaría a semejante hombre. ¿De que fabrica de modelos salió ese chico? ¿Cayó del cielo el papasito ese? ¿Era el tal Megumi? Maki se quedó corta con la descripción. Ahora no solo quería acostarse con él, le daría de todo menos el divorcio. Que no le dejé agujero sin llenar.

Mientras Toge babeaba y se sabroseaba mentalmente al chico alto con oscuras ojeras, el otro esperaba una respuesta.

Secretamente el pelinegro también admiraba esos bellos ojos violetas. Reflejaban travesura y amabilidad. El chico alto era bastante bueno leyendo a las personas con solo mirarlas.

"Tengo la idea, sera una serpiente" firmó Toge.

"Oh...¿No puedes oír?" Pregunto el chico, con total normalidad, sin mostrar lástima ni tristeza.

"Puedo escuchar, pero no hablar"

"Entiendo. Bueno, si no te molesta yo podría ser tu tatuador, tengo la agenda desocupada, o ¿Esperas a otra persona?"

Que otra persona...te quiero para llevar para comer con papas fritas, pensaba Inumaki. Ese hombre iba a terminar en su cama si o si.

Hoy Toge descubrió su motivo para existir en el mundo y era para quitarle la virginidad a sentadas, a ese hombre, porque si...todo en el, cuan alto era, sudaba pureza. Al chico grande, como un gran perrito, le faltaba solo un cartel que dijera "soy más virgen que el aceite de oliva." Y eso hacia que Inumaki se lamiera los labios con anticipación.

¿Sería muy desubicado para los otros tatuadores o clientes, si se le monta encima?
Probablemente ¿Le importaría? No.

"No necesito a nadie más, tú estás muy bien" dijo con doble sentido Inumaki.

"S-soy Yu-Yuta Okkotsu, un placer" dijo Okkotsu, si bien no captó el doble sentido, el alago lo puso nervioso.

"Inumaki Toge" dijo sorprendido el albino. Asi que este chico, no era el tal Megumi. En fin, ya le daba igual, su tatuador favorito ya estaba en frente de el.

"Quieres ver algunos diseños de serpientes que tenemos o...

En eso Inumaki le toma el puño de la camisa blanca que llevaba Okkotsu, como si fuera un pequeño de ocho años.

"¿Q-que, que pasa?" Dijo sobresaltado el pelinegro, que empezó a sentir mariposas en el estómago. Ese movimiento había sido muy tierno.

"Me gustaría que me ayudaras a buscar, ya que tienes tiempo"

"No hay problema, tengo todo el tiempo del mundo, sin problema" dijo nervioso Okkotsu.

Inumaki volvió a sonreír. Así que no le soy indiferente... interesante pensó Inumaki.

Se pasaron un rato buscando diseños de serpientes, Inumaki decidio por una que a ambos les gustó. A Yuta le brillaban los ojos. No iba a mentir el diseño era muy bello y se le notaba el entusiasmo a Okkotsu por tatuarla.

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