___ estaba teniendo una vida INSOPORTABLE,le fue mal en muchos aspectos,hasta llegar al punto de no poder más y intentar acabar con su vida,pero entonces conoce a un hombre misterioso que resulta siendo nada mas ni nada menos qué....¿¡El jefe de la...
La luz de la mañana golpeaba tu cara, haciéndote recordar que ya era tarde, era hora de despertar
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Misojos se abren lentamente, intentando adaptarse a la luz de la mañana. Mi mirada de posa por todo a mi alrededor intentando descifrar donde estaba: Lo recordé. Me levante rápidamente, distinguiendo una figura musculosa durmiendo junto a mi. Sonreí.
—Toji... Susurre en su oreja con una ancha sonrisa. Despierta, es hora de levantarse...
Recibi un quejido de sueño por su parte. Uno de sus brazos me atrajo hacia el, volviendo a acostarme a su lado. El se volteo, dándome la cara, donde depositaba una gran sonrisa de ensueño, una sonrisa de pura felicidad.
—Buenos días, muñeca. ¿Tan temprano y molestando? Mmm... Desde temprano queriendo recibir un castigo, ¿eh? Dijo con los ojos cerrados, aún con sueño.
Me reí, mas comencé a darle besos en su rostro, el cual a cada beso soltaba una risa ronca y baja, provenientes de su pecho.
—Tengo hambre, vamos.Intento jalarlo del brazo y levantarlo, pero esinútil, se volvió a dormir como tronco.
Me rindo, rodando los ojos y poniéndome ropa del placar, la cual esta muy bien horrenda y limpia. Me doy una ducha rápida, dirigiéndome a la cocina. Observo la alacena, había alimentos para alimentar a un ejército entero. Fascinada con la variedad de cosas opte por algo básico y simple: Huevos, café y té. Luego revisé la heladera, donde supuse que estaría igual de llena, y así fue. Cogi solo lo necesario: Jamón, bacon, unos tomates y un dulce que aparentaba ser miel. Comenzando a hervir el agua mientras hacía los huevos fritos, para después hacer el café y el té, continuando con pasar a la plancha el bacon y el jamón. Cogiendo pan lactal y unír el huevo, bacon, jamón y rodajas de tomate en un sanguchito. Por último hice tostadas con el pan y colocarles la miel. Deje el café y el sanguchito en una bandeja, dirigiéndome a la habitación donde Toji ya se hacia durmiendo. Ente en puntitas de pie, llegando hasta la orilla de la cama donde lo desperté de un grito.
—¡EL DESAYUNO ESTA LISTO! Dije con una risa en la cara, mientrasToji se frotaba los ojos y levantaba lentamente. Extendí la bandeja hasta su regazo para recibir un beso en los labios de su parte.
—Gracias amor... Su voz era un susurro, aun parecía dormido.
—No hay problema, cielo. Dije en un tono burlon, con acento español. A lo que Tojisolomemiró raro, elevando una ceja.
