Capitulo 1

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Se despierta mucho antes, lo nota al girar la cabeza a su ventana y comprobar que fuera aún es de noche y su alarma no ha sonado.
Alarga el brazo hacia su cómoda donde descansa su celular, lo toma para revisar la hora y su reloj marca las 4:40 am, aún falta poco más de una hora para que suene su alarma, vuelve a dejar el celular en su cómoda y se queda acostado en su cama (que pronto dejará de serlo) viendo hacia el techo.

Hoy es el día piensa mientras una sonrisa surca sus labios

Gustabo al fin decidió mudarse con su pareja, aún recuerda muy bien como lo conoció, haciendo una de las suyas con su mejor amigo (para él, su hermano) Horacio donde terminaron en comisaría denunciando amenazas de Twitter. Al oír esa voz tan gruesa y penetrante, ver ese semblante frío y despreocupado, ese cuerpo bastante bien trabajado y ajustándose a su característico traje. Fue incapaz de borrar al Superintendente de su mente y convenció a Horacio de realizar las oposiciones de policía para poder entrar al Cuerpo Nacional de Policía (CNP).

Fueron meses de trabajo, pasaron de infiltrarse en pequeños grupos de delincuentes (donde conocieron a los que ahora son sus buenos amigos) a trabajar como oficiales de tráfico. 

Durante ese tiempo, Gustabo podía fijarse en las miradas que le lanzaba Conway y las aprovechaba muy bien. Después de tantas miradas fugaces y pequeños roces se coló al despacho del superintendente y.... consiguió agilizar su proceso de aceptación en el CNP. Para que engañar, con el tiempo todos en comisaría se percataron que el superintendente trataba de manera ¿especial? al oficial García. Nadie se atrevió a preguntar, pero tampoco eran tontos, los únicos que lo sabían de manera formal eran: Horacio(claramente) y sus amigos Segismundo, Trujillo y Tony.

Gustabo finalmente decide levantarse de su cama tras corroborar que no podrá volver a dormir, aprovecha el tiempo que tiene y se da una larga ducha caliente para después preparar su real food  y desayunar. Al terminar de prepararse y guardar unas cuantas cosas que había dejado esparcidas la noche anterior, revisa su reloj: 6:33 am, desbloquea su celular y se dispone a mandar un mensaje 

Eyy trozo de mierda

Estas?

Que pasa Gusnabo?

Puedo pasarme por tu casa y vamos al trabajo?

Venga, te espero

Bloquea su celular, toma sus llaves y sale de su departamento hacia la casa Horacio. Al llegar lo recibe el comisario Volkov

— Gustabo, buen día —lo saluda con una sonrisa invitándolo a pasar

— Que pasa — le responde Gustabo a modo de saludo y se adentra a la casa de sus amigos.

Hace un tiempo que Horacio y Volkov comenzaron a salir juntos, parecía que ese frío comisario nunca cedería pero, nadie se resiste a los encantos de Horacio, así que ahora, viven juntos y se les vé muy felices el uno con el otro.

— Hoy es el día ¿No? — pregunta Volkov

— Si — responde Gustabo y no puede evitar sonreír — debo confesar que estoy un poco nervioso

— No habría por qué estarlo, a ti y a Conway se les vé muy bien.

— Siento que será raro, al menos hasta que nos acostumbremos

— Es verdad, dímelo a mí, con este hombre — dice esto último como un susurro

— Te he oído — le dice Horacio saliendo de su cuarto y lanzandole una mirada furtiva a Volkov

— Oh, aquí estás, estábamos hablando de lo bien que la paso contigo cariño — Volkov sonríe de manera inocente y Gustabo suelta una risa

— Si claro, en cuanto a ti — se dirige a Gustabo — obviamente será raro al principio pero terminarán acostumbrándose, es cuestión de tiempo

Gustabo lo sabe, pero sigue con una pizca de nerviosismo y agradece que sus amigos le ayuden a tomarlo con más calma.
Tiempo después la pareja ya está lista para dirigirse al trabajo así que los tres salen juntos con dirección a la comisaría.

Al llegar a comisaría, los amigos pueden ver alrededor de 7 personas que salen corriendo de ésta misma y gritando "abuso de poder"

— ¡Abuso de poder mis cojones, fuera de aquí anormales! — Gritó Conway saliendo  detrás de ellos dando porrazos a quien tuviera a su alcance.

— Empieza bien el día, Superintendente — dice Volkov con una sonrisa pasando a su lado

— Buen día Super — lo saludó Horacio

— Cuidado Super, el marcapasos recuerde — Le dice Gustabo

— Marcapasos mi polla — Gustabo ríe y se dirige a la armería para equiparse

Dentro, toma su arma reglamentaria, un taser y una porra. De pronto siente una mano firme sobre su cintura y un calor familiar

— ¿Por qué no me saludas Gustabin?

— Creí que no querrías perder esa imagen de poli malo, Super — se da la vuelta y queda de frente a Conway — Buenos días cariño — le da un suave beso en los labios que pronto Conway convierte en uno feroz tomando a Gustabo de las caderas y  pegándolo a su cuerpo.
Conway se abre espacio en la boca de Gustabo para explorarla con su lengua, el rubio le responde con un gemido siguiendo el ritmo de Conway.

Se separan por falta de aire y Conway sonríe

— ¿Listo para la mudanza?

— Listo — Gustabo le da un casto beso — ¿Y tú?

— Claro que sí, ¿te apetece que salgamos de servicio temprano para que transportemos tus cosas?

—Me parece bien, Superintendente.

— Vale, te aviso.

— 10-4 — Gustabo le guiña un ojo y sale de la armería — Horacio, ¿dónde estás? — Pregunta por radio

— Estoy en el parking con un patrulla.

— 10-4, voy para allá.

El día comienza tranquilo, no hay demasiadas alertas así que se mantiene patrullando por la cuidad.

— Joder, que alguien atraque una licorería ya — dice Horacio

— Ya te digo, hoy está especialmente tranquilo — justo en ese momento salta una alerta de venta de droga — Mira droga, te la marco — Horacio encendió las sirenas del patrulla y de dirigió al aviso.

Al llegar al punto que les marcaba la alerta, disminuyeron la velocidad para intentar localizar a alguien sospechoso.

— Mira, un 10-15 — señala Gustabo hacia un callejón, Horacio mueve el patrulla tapando la salida y ambos se bajan del vehículo sacando su taser y apuntando al sujeto

— Arriba las manos — el encapuchado alza las manos

— Quitese la capucha y la máscara por favor — el sujeto lo hace y Gustabo y Horacio bajan las armas — Joder, ¿que mierda haces?

— Pues ganándome la vida

— Pero no aquí imbécil, vete al norte

— A ver, lo tenía pensado pero ustedes son los que más trabajan, así que sabía que ustedes vendrían

— Joder Segismundo, agradece que fuimos nosotros, El Superintendente también está patrullando

— Pero para eso eres mi amigo Gustabo, me ayudas a qué no me empapele

— Al final te empapelo yo, como no te calles — dice Gustabo pero no puede evitar sonreír

— Segis, vete al norte anda — le dice Horacio

— Venga vale, gracias agentes — les sonríe y se va del callejón

— Es un imbécil — dice Gustabo

— Ya te digo, venga va que acaba de saltar un código 3.

Ambos regresan al patrulla y se dirigen a la alerta.


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⏰ Última actualización: Feb 07 ⏰

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