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El verano del amor y el odio.
Meses antes de la actualidad

La fiesta comenzaba en la noche pero yo en ese momento, dos horas antes ya me había comenzado a preparar ya que básicamente yo era la organizadora aunque la fiesta era de Theodore, el era un desastre para estás cosas entonces yo me había ofrecido cómo voluntaria para ayudarlo, les decía la verdad cuando les decía que ése día en la mañana el solo tenía el lugar donde hacerla y claro que era en su casa de Playa, la gran casa de vacaciones de los Nott.

Mi cabello rubio estaba suelto y un vestido de lino blanco amoldaba mi cuerpo, una corona de flores algo sofisticada se posaban en mi cabello mientras yo corría por todos lados persiguiendo a los chicos que traían las bebidas en cajones, cerveza por doquier en todo el patio.

—Mierda, ¿Y el Dj?—Maldecía mientras me acercaba a Theodore quien estaba tranquilamente sentado en una hamaca de playa—Si no me ayudas te juro que te colgaré del techo y te tirare en la piscina cómo actividad entretenida de la noche.

Mis amenazas no eran en vano, estaba muy estresada por todo, el quería que está sea la fiesta del año, todos estaban invitados, era para que empecemos otro año en hogwarts de una mejor manera Pero en cambio yo estaba por hacer que el chico delante mío no empiece otro año si no me ayudaba con el lío que tenia en mis manos.

—Cálmate—Le dió una calada a su cigarrillo.

Agobiada por todo tomé su cigarrillo y lo tiré a la arena, apagándoselo, le tiré el anotador que tenía en manos.

—Bien, hazlo todo tú solo.—Renuncié antes de empezar la fiesta, genial.

—Espera Clara—Dijo el y se levantó para tomar mi brazo deteniéndome—Bien, ya llamaré al dj, Pero ayúdame.

Maldito sea el y sus ojos a los que no le podía decir que no, desde pequeños usaba ese truco y nunca fallaba, giré los ojos en señal de molestia.

—Está bien.

Tres horas habían pasado y la fiesta estaba bastante bien a mí mirada, estaba en la cocina de la casa mirando por las ventanas la fiesta que ocurría en el patio trasero, en la parte de la playa que era privada de los Nott.

—¿Por qué no vas a divertirte?—Blaise me pasó un vaso de cerveza.

—Estoy pensando en muchas cosas.—Dije negandome al vaso.

Y eso era cierto desde hace una semana luego del campamento que organizaba mi familia todos los años pensé en esos días que pasamos con Theodore y en cómo mis sentimientos por el no estaban siendo apagados, cómo me había obligado yo misma, sino que al contrario parecía cada vez más imposible no sentirlo cuando me acercaba a el. Sí, un poco cliché pero cuando lo miraba sentía esas mariposas en mi estómago solo que los míos parecían dragones hambrientos, además de estar enamorada de el lo negaba y eso lo hacia peor.

—Vengo a buscarte Clara, tienes que bailar conmigo, es nuestra canción—Lorenzo apareció por la puerta de la cocina sonriendo con un vaso de cerveza.

Mientras tomaba mi mano me reía divertida y negando a mi amigo, pero el insistió y no pude negarme.

La pista estaba llena de gente que ya algunos no podían siquiera pararse por el alcohol que recorría sus venas, bailé un poco con Lorenzo pero me aparté de la pista y me acerqué a una especie de barra que había hecho, a servirme un trago, una cerveza.

El primer sorbo de alcohol pasaba por mi garganta, caliente, mis ojos recorrieron el lugar para asegurarse de que todo esté bien pero se encontraron con algo que no estaba bien para mí, era Theodore y su estupida sonrisa coqueta mientras le hablaba a una chica que estaba sentada en su regazo, charlando animadamente con el. Mi vaso pareció terminarse muy rápido mientras veía esa situación.

Sentí algo en el pecho y luego cómo el alcohol comenzaba a hacer efecto pero ya había tomado dos vasos más, esos dos vasos hicieron que yo me acerque hacia ellos y ahora estaba parada, delante de ambos mirando a Theodore.

—Theo, tengo que hablar contigo—Interrumpí mientras mis ojos viajaban por toda la situación—En privado.—Aclaré mirando a la chica la cual no tenía la culpa de nada pero yo soy estúpida.

—Claro.

Esa simple palabra salió de su boca y mis palpitaciones comenzaron a aumentar su velocidad, mierda, no iba a hacerlo, no, no, no y no.
¿O sí?

Me alejé caminando por la playa mientras el me seguía, me paré frente a una montaña de roca que estaba frente a la playa, y me dí vuelta para mirarlo, rápidamente.

—Theo déjame hablar, tengo que hacerlo sino no sé, estallaré—Hablé rápidamente para no arrepentirme.

El solo me veía divertido, sin tomarme en serio cómo siempre, pero está vez era serio, necesitaba que esté serio, pero el parecía no entenderlo.

—Me gustas—Dije abruptamente sin pensarlo, arrepintiendome al instante—sé que soy una idiota pero no puedes culparme.

Mi voz estaba entre cortada por los nervios, por confesarme así, y mi corazón paró por un momento cuando escuché su risa,
¿Por qué se reía?
No debía reírse,
Maldito alcohol.

—No seas idiota Clara—Las palabras salieron de su boca en forma de broma pero se clavaron en mi corazón cómo dagas—, sabés que yo no podría enamorarme de tí.

¿Escuchan eso? Si, era mi corazón rompiéndose y el básicamente pisandolo.

—Yo si lo hice—dije en un susurro pero el lo escuchó —yo lo hice maldita sea, y sabía que reaccionarias así.

El me miraba con miedo o confundido, no entendía su mirada, el no sabía que decirme y eso me dolió.

—Clara, no quiero lastimarte pero de verdad ante ninguna circunstancia me llegarías a gustar—lo dijo de una forma tan natural que era hasta innecesario.

Tomé todo mi orgullo y mis sentimientos, los pedazos de mi corazón del suelo y me dí la vuelta, caminando por la playa, algunas lágrimas caían por mis mejillas pero el viento las secaba.
Me alejé lo más que pude de el y me senté en la orilla del mar, mirando hacia la luna, escuché pasos en la arena y luego cómo se hundía a mí lado, levanté la mirada y me encontré con unos ojos color ámbar.

—¿Estás bien Clara?

Dijo el con la preocupación grabada en su rostro, ese rostro que me sacó de lo más hondo en ese momento y meses después.

—Estoy bien Cameron.

AMOR PERDIDO | Theodore Nott Donde viven las historias. Descúbrelo ahora