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De amigos a ¿Enemigos?

Durante el resto del verano no me acerqué a Theodore de ninguna manera, rechacé sus lechuzas, ignoré sus intentos de visita y evité verlo en muchas situaciones, eso me hubiese gustado decirles pero no fué lo que sucedió, el nunca me envió ni una sola carta. Aunque si lo evité en algunas reuniones de amigos o familias sangre pura pero hoy no podía hacerlo, hoy era inevitable verlo, era la cena de recaudación de los Fils, mi familia.

Un vestido negro fué mi mejor opción de acuerdo a mís ánimos en esos días y además siempre era bienvenido para mantener la elegancia.

—¿Negro?—Preguntó mi madre con una ceja alzada, analizando mi elección de color.

—¿Me queda mal?—me acerqué a un espejo cercano a verme.

—No, solo es raro que elijas el negro, sueles usar blanco o colores más claros—su mirada estaba puesta en la mía, esa mirada de madre que está investigando que sucede—te queda bien.

Le sonreí levemente tratando de construir muros mentales para que no descubra que me pasaba Pero era imposible, ella siempre lo descubría, Eleonor Fils siempre sabía todo, era imposible mentirle y menos en su cara.

La fiesta ya había comenzado, era una simple reunión de familias ricas dando una donación para algunos de los campamentos o actividades de mis padres, claro que iban a hacerlo si dejaban a sus hijos todos los veranos allí, cómo si fueran cargas de las que debían liberarse, observé la sala, por un lado podíamos encontrar a los Greengrass, una familia con una fortuna asegurada, Pero no pertenecían a la élite, si habia algo que los ricos sabian diferenciar eran los niveles, así que sí los Greengrass no están en la élite imaginen en el nivel que están los Weasley. La élite del mundo mágico británico solo estaba formada por aquellas familias con una fortuna inmensa, aquellos que tenían varias generaciones aseguradas, y sobre todo los sangre pura, nosotros pertenecíamos ahí, Los Fils éramos parte.

Seguí la sala con mi mirada y mis ojos se posaron en los Parkinson, y su hija menor, mi amiga, Pansy Parkinson, me dirigió una mirada rapida y luego sus padres posaron sus ojos en mí, los ví acercarse y luego traté de buscar varias formas de escape Pero era inútil ya estaban a pasos de mí, con una sonrisa en su cara y no me malinterpreten, no me desagradan, son los padres de mi amiga pero a veces suelen ser un poco aduladores, y un poco es mucho, desde que tengo memoria han querido que me case con su hijo mayor, August Parkinson, quien por alguna razón hoy no habia asistido.

—Clara, querida.—La señora Parkinson me saludó con dos besos de mejilla.

—Margaret.—Mi sonrisa era forzada y Pansy lo notó.

—Clara, vamos—Dijo ella y me tomó de la mano jalandome.

—Pero hija, queríamos-

Ya era tarde de que ella diga algo porque nos habíamos alejado, Pansy comenzó a reírse a mí lado, esa risa que acompañaba a la mía desde que teníamos seis años.

—Ella no iba a dejarte ir en horas—Ella soltó mi mano.

—Siempre hace eso, estoy acostumbrada—Mi mirada fué hacia su madre quién ya había encontrado otra víctima para torturar en una conversación bastante larga.

—Por eso no quiso venir August, además de que se enojó con mi padre, por qué no aceptan a su nueva novia, ¿Sabes que sale con Ginny Weasley?—ella dijo y luego largó una risita—Te juro que pagarías por ver sus caras cuando el se los contó, fué muy gracioso, mi madre casi se desmaya.

Ella lo contaba entre risas y yo me reí un poco imaginandolo.

—¿August con un traidor de sangre? Sabés que yo no soy de esas sangre puras que juzgan Pero el si lo es, y es raro.

August desde niño ha molestado a los traidores de sangre o los que no pertenecían a la élite, siempre se burlaba de los Weasley, creo que enamorarse de Ginny le hará bien, tendrá un poco más de cerebro quizás...

—¿Ese es Theo?—miré hacia donde apuntaba el dedo de Pansy.

Ahí estaba el, con su traje negro regular en estás ocasiones, creo que lo ví bastante o al menos suficiente para que el lo note y clave sus ojos en mí.

—Vamos a saludar—Pansy tiró de mi brazo pero me safé de su agarre—¿Pasó algo?

—Solo no quiero ir.

Sabía que Pansy había deducido todo con verme un par de veces y luego a el, repetidamente, negó con la cabeza y se quedó a mí lado.

—Mira, ahí está Blaise, vé con el si quieres—Dije mirando a Blaise junto a Nott.

—Iré a saludar, luego vuelvo, por cierto, te queda lindo el negro.

Ella desapareció entre la gente y yo necesitaba un maldito trago, me moví por el salón, con el peso de una mirada sobre mí, no iba a voltear, por qué sabía que ese sentimiento en mi espalda que hacia que mi piel se erizara era el, eran sus ojos verdes sobre mí.
El alcohol pasó por mi garganta junto con las burbujas del caro champagne que todos los invitados estaban tomando.

—Clara, es hora del discurso de tú padre.—Mi madre apareció a mí lado colocando su mano en mi cintura.

Caminé junto a ella hasta un lugar junto a la chimenea que estaba apagada, por qué era verano, allí estaba mi padre con su elegancia innata, su cabello ahora gris estaba elegantemente en su corte favorito, el mismo que tiene desde que soy una niña, le sonreí y me coloqué a su lado, junto con mi madre, mi mirada iba hacia ambos, lo único que tenía distinto con la mayoría de los hijos de la élite era que mis padres eran los mejores, y estaba muy feliz con ellos.
Mi madre golpeó la copa que tenía en su mano con una pequeña cucharilla, pidiendo silencio y todos hicieron caso omiso.

—Damas y Caballeros, antes que nada gracias por asistir a está noche tan especial para mí familia y para mí—El se dió media vuelta a sonreírnos y sentí la mirada de todos los invitados en mí—Ellas son mi felicidad y sin ellas todo esto que ven, no sería posible, y sin ustedes tampoco, por eso les agradezco todas sus donaciones de esta noche y todos los años que nos han estado acompañando...

El siguió hablando, mi atención estaba en mi padre, pero sentía su mirada ardiendo en mí, mis ojos fueron hacia el instintivamente, y comenzó una especie de guerra de miradas donde yo no iba a perder.
Mi madre tocó mi mano y salí de esa especie de transe en la que estaba, mierda, yo quería odiarlo Pero ¿Cómo iba a hacerlo si el me miraba de esa manera?

La fiesta casi culminaba, estaba sobreviviendo a enfrentarme con el cara a cara hasta que ví cómo se acercaba a mí, automáticamente me dí la vuelta, y comencé a caminar pero tomó mi muñeca, su agarre era suave.

—Clara, hablemos—Habló suavemente casi parecía suplicante pero al darme vuelta mis ojos se posaron en los suyos.

—No tenemos nada de que hablar, tranquilo—mi voz salió con tono frío, no era el mismo que el había escuchado todos estos años.

Entiendanme, el problema no era que el no me amaba, eso podía entenderlo pero ¿Por qué lo dijo así? No lo entendía, y prefería mil veces enojarme a dar la cara ante el luego de la estupidez que hice borracha.
Solté mi muñeca de su agarre rápidamente, lo único que faltaba es que la gente hablé, y si que hablaban entre los ricos, sobre todo la mamá de Pansy.

Sentí otra mirada diferente en mí y miré hacia el final de la sala, mi madre miraba la situación, miré a Theodore y luego me dí la vuelta.

—¿Así va a ser?—Comenzó a decir el—¿No vas a hablarme?—volvió a acercarse hacía mí.

—Querida, llegó Cameron—La voz de mi madre sonó junto a mí.

—Iré a darle la bienvenida—Asentí ignorando la mirada de  él.

—¿Cameron?


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⏰ Última actualización: Jan 09, 2024 ⏰

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AMOR PERDIDO | Theodore Nott Donde viven las historias. Descúbrelo ahora