"... Su mirada estaba fija en aquel chico de largos cabellos azabaches en la cama king size, su blanca piel resaltaba entra las sábanas color vinotinto revueltas."
Bangchan x Hyunjin
Advertencia: Smut, juguetes sexuales, tortura placentera, leve BD...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tomo un sorbo más de su copa de vino cruzando la pierna izquierda por sobre la derecha con elegancia sentado en aquel sillón rojo junto a una mesita donde una pequeña lámpara iluminaba tenuemente la habitación, su mirada estaba fija en aquel chico de largos cabellos azabaches en la cama king size, su blanca piel resaltaba entra las sábanas color vinotinto revueltas.
El deleite del chico de cabellos color ocre iba en subida, admirando, alimentándose, bañándose en la imagen del chico en la cama retorciéndose, las manos de este apresadas por cadenas al cabezal del mueble y de vez en cuando el sonido metálico de estas cuando el azabache sacudía su cuerpo con violencia por los espamos en su delgado cuerpo. El precioso rostro del chico era obstaculizado por una venda negra que cubria sus ojos y se perdía entre los cabellos desordenados de este, su boca llena con un objeto redondo unido a dos correas ahogaba sus gemidos melodiosos, la saliva hace rato había chorreado por los costados de su boca hasta el colchón al no poder cerrarla por el objeto.
La mirada del hombre de cabello ocre, cuyo nombre era Bangchan, seguía bajando por el estilizado cuerpo del joven quien había tensado su cuerpo arqueando su espalda y jalando las cadenas por quién sabe que vez en la noche luego de una fuerte descarga de placer que recorrió su cuerpo, los ojos de Bangchan bailaban por el pecho del chico que se movía errático de arriba hacia abajo, los lindos pezones erectos e hinchados sujetados por pequeñas pinzas que eran unidas por cadenas entre sí. Su mirada seguía su camino hasta el abdomen bañado en perladas gotas de líquido que se derramaba hacia los costados por el movimiento constante que el chico hacia de una lado a otro y más abajo la erguida extremidad hinchada, con la punta húmeda, goteante que no hizo más que hacerle agua a la boca al de cabellos ocre, se mordió el labio viendo esta dar pequeños saltos, sus manos ya picaban por tomarla y estimularla para arrancar de la garganta del chico muchos gemidos.
Los torneados muslos se mantenían separados, temblando y luchando por juntarse pero aquellas tiras que los sujetaban a una barra metálica le impedían siquiera esto y finalmente los ojos de Bangchan se posaron en su centro, aquel lugar escondido más abajo de los pequeños testículos del azabache siendo invadido por aquel aparato que se mantenía torturando sin piedad su próstata con vibraciones y movimientos que fluctuaban entre un exasperante ritmo lento y un infernal movimiento errático que atacaba sin piedad su próstata hasta hacerlo ahogar gritos en aquella maldita bola que tapaba su boca.
Bangchan volvió a tomar un trago del caro vino añejo en su copa dejándola vacía en la mesa a un lado de la lámpara, separó sus piernas sentado masculinamente y entre sus piernas, allí en su pelvis un apretado bulto de buen tamaño en sus pantalones blancos, masajeo su palpitante erección reprimiendo un gemido y cerrando sus ojos, necesitaba estímulo, necesitaba algo apretado al rededor de su hinchado pene, necesitaba al chico de cabellos azabache montandolo hasta que sus piernas se desmayarán y tuviera que tomar el mando profanando esa dulce entrada hasta que de la boca del chico solo saliera su nombre en gritos llenos de placer.
