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- Tengo que irme

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- Tengo que irme

Jisung dijo cuando cruzaron la puerta de su casa.

Seungmin suspiro. No estaba contento con la idea.

-¿Irás a la escuela?.

-Seungmin, ya habíamos hablado de esto.

-Por favor, Jisung. Acaba este año, es el último.

Hablaban mientras subían las escaleras, con normalidad se sentía bien.

-Tengo que trabajar.

-No tienes, quedate aqui Jisung, no tienes que volver a esa horrible vida con esas personas.

Jisung se tensó visiblemente. Lo vio cuando entraron a su habitación.

-No me pidas eso.

-¿Por qué no?

-¡Tu no lo entiendes, no entiendes nada, no sabes que es el amor, no lo conoces, jamas lo has tenido!. - Jisung grito, sus manos volviéndose puños. De pronto, terriblemente alterado.

-¿Crees que eso es amor?. - Seungmin apretó los labios. ¿Qué tipo de loco creía que eso era el amor?.

-No ahora, pero antes lo era, y yo jamás abandonaría a mi madre.

-Ella está perdida. - Seungmin no queria ser cruel, de verdad que no, pero era la verdad.

Jisung no lo miró mientras abandonaba la casa.

Esa noche, Seungmin tenía el corazón pesado. No literalmente, pero se sentía así. Las palabras de Jisung lo tenían sintiéndose triste.

Si conocía el amor, su vida no era horrible, tenía a Jeongin y Jeongin era lo más cercano al amor en su vida.

Jisung era el que estaba mal, que aún no asume que si seguía en aquel lugar, su vida estaría perdida como la de su madre.

¿Por qué le importaba tanto? Si Jisung quería arruinar su vida, pues bien, no debía importarle.

No lo haría más.

El domingo en la mañana se levantó temprano, y luego de ducharse y vestirse, visitó a Jeongin, que para su mala suerte, estaba con Minho, pero eso en realidad no fue un problema, tuvieron una gran tarde los tres juntos.

Minho le había agradado mucho, era ocurrente y muy divertido. Jeongin estaba en buenas manos.

Se fue a su casa ya entrada la noche, le gustaba llegar solo a dormir.

Para el lunes, estaba nervioso aunque intentaba no estarlo. Su cuerpo no estaba obedeciendo.

Su cuerpo jamás obedecía.

Llegó temprano a su "trabajo" y se pasó la mañana hablando con Gunil. El hombre estaba contando que llevó a su mujer y a su hijo a la playa. Su sonrisa de felicidad era inmensa.

EVERLASTING (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora