Capítulo 5

56 4 0
                                    

Eran las 4 de la mañana y era el día del viaje. Tenía todo preparado, solo tenía que vestirme, ya que el vuelo era a las 7.

Me visto cómoda con un chándal gris tal que así.

Después de prepararme, recibo una llamada de Adam diciendo que baje y que me está esperando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de prepararme, recibo una llamada de Adam diciendo que baje y que me está esperando. Cojo la maleta, mi mochila, me pongo los zapatos y bajo cerrando con llave.

Me encuentro a Adam que sonríe al verme. Se ofrece a llevar mi maleta que niego, pero de tanto insistir, al final acepto y me la lleva.

Nos encontramos a Mireia que se nota que no ha dormido nada y nos saluda con un "hola" cansada.

Comemos rumbo al aeropuerto en taxi; Adam, de copiloto y yo y Mireia atrás. Al llegar, Mireia nos confiesa que nunca ha viajado en avión y que de hecho nunca ha salido de España y que estaba un poco nerviosa.

Después de hacer el check-in de las maletas y todo, pasamos a la sala de espera. Eran las 6:40 y quedaban veinte minutos para entrar al avión. De repente miro a los gigantes vidrios que me muestran un precioso amanecer con tonos naranjas y azules al que le hago foto susurrando un Tbarkallah.

 De repente miro a los gigantes vidrios que me muestran un precioso amanecer con tonos naranjas y azules al que le hago foto susurrando un Tbarkallah

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Justo después de hacer la foto me siento al lado de Mireia, quien se queda dormida en mi hombro como un bebé.

De repente veo que la gente empieza a hacer cola delante de una puerta con una azafata que revisa los billetes. Reviso si es nuestro vuelo y al confirmarlo, despierto a Mireia suavemente y aviso a Adam que estaba viendo el móvil.

Entramos al avión y veo que nos toca a los tres juntos: yo en la ventana, Adam a mi lado y Mireia al lado del pasillo.

Recitó el du'a de viaje:

Subhana-alladhi sakh-khara la-na hadha wa ma kunna la-hu muqrinin. Wa inna ila Rabbi-na la munqalibun.
(Gloria a Aquel que creó este transporte para nosotros, aunque no pudimos crearlo por nuestra cuenta. Y a nuestro Señor volveremos.)

Y Adam hace lo mismo.

De repente Mireia nos mira extrañada.

-"¿Qué es lo que estáis diciendo?"

-"Estamos diciendo una frase para que Allah nos proteja en este viaje" Le respondo.

-"¿Y quién es Allah?" Pregunta curiosa.

- "El Dios Compasivo y Misericordioso, el creador Señor del Universo" responde Adam.

Eso me sorprende, ya que me gustan los chicos activos islámicamente y saco una pequeña sonrisa al escucharlo.

-"Qué bonito." Dice Mireia. -"¿Y cuál es esa frase?"

Le digo que repita conmigo y al final siento cómo Mireia está más relajada, subhana allah.

Después de unas agotadoras 7 horas, por fin llegamos a nuestro destino, Ámsterdam, Holanda.

Veía los paisajes desde la ventana y era todo precioso, eran colores vivos y todo muy bonito, TbarkLlah.

Nos bajamos en el aeropuerto de Ámsterdam, Schiphol, donde fuimos a buscar nuestras maletas y en menos de media hora ya estábamos contemplando las maravillosas vistas desde la salida del aeropuerto. 

Empezamos a buscar a nuestro guía y veo a un guía con dos carteles, uno que ponía Hannane, y otro que ponía Omar. Inmediatamente, avisé a mis amigos y nos acercamos. Nos dio la bienvenida y nos dice que nos esperemos, ya que tenía que esperar a otros turistas. Adam y Mireia se sentaron en un banco justo al lado y yo me quedé parada al lado del guía.

Pasan unos cinco minutos y mis ojos se posan en unos ojos color avellana. Era un tipo alto y fuerte, era moreno e iba vestido con un chándal McKenzie azul. Tenía el cabello ondulado y medio despeinado marrón y era especialmente guapo. 

Estaba acompañado de dos chicas preciosas, una que yo creo que tendrá unos 20 años y otra que era más pequeña, unos 13 años. Noto que se nos acercan cada vez más y me pongo un poco nerviosa cuando me doy cuenta de que ese era el tal Omar.

El guía nos indica a todos un coche bastante amplio de color gris. Entramos todos y por dentro, los sillones de atrás estaban de frente, así que nos sentamos en una banda yo, Mireia y Adam, y los demás en frente nuestro. 

Me siento al lado de la ventana y me percato de que en frente mio está la chica mayor. La miro y era preciosa, ma sha Allah, vestía muy bien, con una abaya fresca de color verde que combinaba con sus ojos y un hijab blanco. De repente me estrecha la mano.

- ¡Assalamu alaikom!, me saluda estrechándome la mano con una sonrisa.

- Wa alaikom assalam, Hannane encantada. Le devuelvo el apretón de manos.

- Me llamo, Salma, mucho gusto.

De repente se gira hacia Mireia y se saludan del mismo modo y así es como empezamos a crear un vínculo amistoso con Salma.

...

Hola queridos lectores, me encantaría que me dijeseis vuestra opinión del libro y si podría mejorar en algo, os lo agradecería mucho <3.

En un Viaje A Holanda...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora