Su obsesión hacia aquella inocente chica lo a hecho hacer actos inmorales, pero eso no importa si es que ella lo empieza a amar, ¿no?
Pero en su ciega obsesión que llama amor, o mejor dicho, aquel amor que se convirtió en una obsesión, no se puede e...
A los 15 años había logrado tener las dos cosas con las que soñaba cada noche: su primer novio y su primer beso. A pesar de que las cosas no hayan resultado como ella deseaba, estaba conforme pero arrepentida, ¿se perdonaría traicionar a su mejor amiga de tal forma?, Yashiro lo sabía aunque Aoi nunca dijera nada, sabía que ella amaba a Akane... y ese beso le sabía amargo al pensar en como ella reaccionaria al enterarse...
Mentir es parte de la vida, es imposible que alguien nunca haya mentido si quiera una sola vez, mentiras piadosas o mentiras desgarradoras, no importa como lo veas... una mentira siempre será una mentira, y eso fue lo que hizo, le mintió a las dos personas que más amaba: su mejor amiga y su novio.
El remordimiento no la dejaba en paz, le dolía haber hecho algo así el primer día que empezó a salir con su adorado senpai, ¿en algún momento dejara de sentir culpa?
Una infidelidad, eso es algo que jamás perdonaría, pero ella no pidió ese beso ni lo demás, incluso intento detenerlo, aunque no lo logro, ¿eso puede justificarla?
[...]
Su mirada se encontraba perdida admirando a su amado, no podía creer que ya llevaban un mes juntos. Era el sueño que tenía siempre, por fin había tenido su primer cita, la cual fue en un acuario; un beso bajo la luz de la luna, tomarse de las manos mientras iban caminando en el parque y salidas a comer algunos fines de semana, en fin, estaba logrando tener su adorado romance adolescente.
Era feliz, realmente lo era, adoraba todo de su querido senpai, confiaba ciegamente en el... pero ¿se puede confiar tanto en alguien?
Lo miraba, suspiraba mientras recordaba todas esas salidas y esos "te amo" que el le brindaba. Aunque, de un derrepente, el sonido de un golpe fuerte la hizo voltear, era Akane quien había tirado su cuaderno sobre su asiento.
Solo lo miro por un segundo, encontrándose con sus ojos, al instante esquivando su mirada, prefería seguir admirando a su pareja. Al final, parecía que Yashiro aún no podía si quiera hablar con el, se había vuelto demasiado incómodo, para su desgracia, el siempre se ha sentado en el lugar delante de ella.
La distancia entre ellos, se notaba claramente. Nadie quiso averiguar que paso, aunque Yamabuki era el único que sabía que sucedió.
Pasaron las horas, por fin la libertad se asomaba. Era la hora de salida, menos para aquellos que estaban en algún club, por costumbre, Yashiro se apresuraba salir en busca de su amado para saludarlo y después ella regresar a su club.
Akane, por su parte, todo el tiempo la seguía, quería protegerla y tenerla, pero no sabía cómo actuar sin parecer apresurado o intenso, aunque, si ya la beso, ¿qué más perdía?
Su corazón se estrujaba cada que los miraba juntos, quería separarlos, deseaba que esas risitas y palabras fueran hacia el y no para aquel otro. Resignarse era lo único que podía hacer, además de... acosarla y seguirla todo el tiempo.
[...]
—Parece un ángel.— afirmo Akane al pasar y mirar de lejos a Yashiro regar las plantas.
Recibió unas palmadas por parte de Yamabuki. El sabía todo lo que Akane pensaba, al final, era su único amigo.
—Pues ve y háblale. Si siempre la miras de lejos vas a parecer un acosador o algo así.— comento sin darle mucha importancia mientras miraba su celular.
—Cállate.— pidió sin dejar de mirar a Yashiro a lo lejos.
Esa era su rutina desde que la conoció, solo mirarla de lejos, apreciar su belleza y tratar de no ser imprudente, pero su paciencia se estaba colmando rápidamente. Además, tras aquel beso, su mente no deja de pensar y repetir esa escena una y otra vez, mil fantasías llegan cada que la admira y eso es casi todo el tiempo, siempre va tras ella para asegurarse de que todo va bien y, en caso de que no, deshacerse de quienes interrumpen su felicidad... esa misma felicidad que el piensa destruir un poco para que el sea quien le brinde todo, absolutamente ¡todo!
[...]
Estaba cambiándose sus zapatos para poder retirarse, pero repentinamente empezó a vibrar su celular, no quería contestar por ser un número desconocido pero era tanta la insistencia que se arriesgo.
—Yashiro, ve al centro comercial al que siempre vas con tu novio, te puedo asegurar que tendrás la mayor sorpresa de todas.— dijo una extraña voz, tras terminar colgó.
Por su parte, Yashiro dudaba en ir, podía tratarse de un fraude o algo parecido pero quién llamo sabía que tenía novio y su propio nombre, decidió correr el riesgo.
Salió de la escuela lo más rápido que pudo y caminaba con rapidez, tenía miedo y un muy mal presentimiento por esa llamada. No iba a retroceder, pero también queria huir y hacer como si esa llamada no existió.
Paró, trato de recuperar el aliento perdido tras ir tan rápido. En ese momento, al alzar su mirada, fue como una bala directa al corazón... sentía como su pecho se oprimía y su garganta se le cerraba, no lo entendía.
—¿Senpai?, ¡¿Quién es esa chica?!— pregunto entre tartamudeos, ni siquiera sabía cómo había logrado articular las palabras.
Al notar que no le hizo caso, fue corriendo hacia el, le tiró del brazo para que la mirara.
—¿No me había dicho que me amabas?— pregunto adolorida, seguía en ese mismo estado de shock.
—Solo estaba jugando contigo, porqué no hay manera en la que yo salga con alguien que tenga piernas de rábano como las tuyas.— dijo entre burlas, con una gran sonrisa que ahora solo le daba asco a Nene.
Sintió como el se hizo a un lado y siguió su camino. Miraba como se alejaba, estaba aturdida con la situación ni siquiera pudo detenerlo, ni hablarle para que le explicará la situación... solo quedó allí parada, hasta que sus lágrimas empezaron a salir.
No tenía sentido quedarse a esperar algo allí, no lo valía, así que dió la media vuelta para ir a casa.
Era un día brillante, pero ella no lo podía ver. Estaba todo mal para ella, no lo admitía aún.
De un momento a otro sintió como choco con alguien, y este la tomo de los brazos, era Akane.
Oh, el corazón del joven se empezó a acelerar, miraba fijamente esos ojos que parecían diamantes por las lágrimas que salían de allí. Le destrozaba verla llorar, pero al menos sabía que ese senpai ya no iba a estar en el medio de ellos, y eso hacia que esas lágrimas que recorrían el rostro de su amada valiera la pena.
—¡Akane...!, yo, yo solo... ¿por qué?, ¡Yo lo amaba tanto!
Sus lágrimas se desbordaban sin control, se acercó a el y simplemente siguió llorando.
[...]
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