Xie Lian sentía que estaba siendo atravesado por mil cuchillos.
La fuerza de sus piernas lo había abandonado, dejándolo tumbado en el suelo de su cocina mientras intentaba servirse un vaso de agua. Un calor febril lo envolvía como si hubiera abierto las puertas del infierno, quemando cada célula de su cuerpo.
No lograba entender como es que había terminado tan mal, obligado a atravesar aquel suplicio.
Sus ciclos de calor nunca fueron tan terribles antes.
Cuando anticipaba que el celo estaba cerca, con el usual cosquilleo en sus extremidades y la sensación de sensibilidad a flor en la piel, se apresuraba a tomar un supresor y en cuestión de horas era como si nada hubiera ocurrido.
Un par de días atrás, cuando se percató de que el momento estaba cerca, Xie Lian recurrió al frasco de pastillas como tenía por costumbre, pero luego de ingerir la píldora, no se sintió mucho mejor, así que tomó una segunda.
A partir de ese momento todo fue inusual. El supresor realmente no funcionó, así que como el ciclo de celo aun no comenzaba por completo, Xie Lian fue con su doctor.
—Tal vez necesites una nueva dosis —indago el hombre, mientras le escribía el nuevo medicamento—. Es una dosis más fuerte, así que asegúrate de tomarla con cuidado. Esto debe ser suficiente.
Pero no lo fue, en absoluto. Xie Lian se tomó una tan pronto como fue prudente y aunque los síntomas aminoraban, aún había un rastro de malestar y bochorno en su cuerpo.
Pensando que le llevaría un momento a su organismo el acostumbrarse, se fue a dormir esperando despertar mucho mejor. Quien lo diría, que esa noche ni siquiera pudo conciliar el sueño.
Se retorció entre las sábanas, abrumado por la sensación de incomodidad y frustración. Sentía el torbellino de sus propias feromonas envolverlo y su cuerpo debilitado.
Llamo a su mejor amigo, Shi QingXuan, explicándole lo que estaba ocurriendo.
—N-no esss normal... —Xie Lian se aferraba al celular con manos temblorosas. Tenía que arrastrar las palabras, pues sentía la lengua gruesa y torpe.
—Tal vez deberías tomar otro supresor —murmuro Shi QingXuan desde el otro lado—, o quizás no. Deberías esperar, ¿o prefieres que vaya allá contigo? ¡Podríamos hacer algo juntos y distraerte!
Aunque sabía que la intención del chico era buena, en realidad no estaba ayudando mucho. Xie Lian no podía culparlo después de todo, el chico era un beta, ignórate a las dificultades que atravesaban los alfas y omegas.
— V-voy a... esperar —jadeo Xie Lian—. Ssi ocurre algo... llamaré.
—Muy bien, muy bien —repuso el chico con entusiasmo—. Si ocurre algo más, siempre está la otra opción. Ya sabes...
Aun cuando sus pensamientos estaban cubiertos de bruma, Xie Lian sabía a lo que Shi QingXuan se refería.
Tiempo atrás, entre una conversación que se había tornado demasiado íntima, Xie Lian reveló que nunca compartió su celo con nadie antes, tomando por sorpresa al otro chico.
—Ah, esos es muy raro —comento Shi QingXuan—. Tienes veintiocho años ¿y aún no te has acostado con nadie?
Ya que la conversación se estaba dando en un restaurante, Xie Lian se hundió en su silla ante el tono elevado que uso Shi QingXuan para hacer la pregunta.
—QingXuan, no llames raras a las personas con tanta facilidad —suplico Xie Lian, cubriendo su rostro avergonzado—. La verdad, es que desde que supe que era un omega, mis padres se encargaron de que siempre tuviera los mejores supresores.
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Noche para dos | HUALIAN AU
أدب الهواةXie Lian es atacado por un celo intenso. Presa de la desesperación, el omega solicita un servicio en línea que proporciona compañeros para pasar juntos tal momento. Sin embargo, Xie Lian no está preparado para lo que aparece en su puerta.