❝ Te amo, de verdad te amo, ¿pero por qué no nos dejan amarnos? ❞
Jisung estaba tan enfocado en su carrera musical, que dejó en el olvido su vida romántica. Pero todo cambió cuando Minho lo acompaño a caminar.
-¿Por qué vienes aquí?- Pregunta Minho...
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16 de Septiembre, Corea
Jisung se despierta al escuchar su puerta rechinar. Curioso, abre un poco los ojos. Ve a su mamá asomarse, y frunce el ceño confundido. El castaño trató de mover su cuerpo para acomodarse y seguir durmiendo, pero fue detenido al sentir un peso encima que le evitaba moverse. Vuelve a abrir los ojos confundido y ve a Minho.
El pelinegro lo estaba abrazando con una pie sobre él, como un koala. Las almohadas que había puesto para dividir sus espacios se encontraban en el piso, y Jisung se sonroja al recordar que su mamá estaba viendo.
El menor le hacía señas a la mujer para que se vaya, pero ella solo sonreía.
-¡Mamá, largo!- insistió susurrando, pero solo logra que Minho se remueva sobre él.
-¿Cariño, qué pasa?- pregunta el pelinegro aún dormido, y sus palabras dejan boquiabierta a la mujer.
Jisung se tapa la cara con su mano libre, estaba avergonzado y con ganas de llorar.
-Iré a comprar con tu papá- Termina por decir la mujer para luego salir.
Cuando la puerta se cierra el castaño deja caer su cabeza en la almohada y da un suspiro de derrota. No podía tener un momento de privacidad con su mamá presente.
Luego de lo ocurrido, ambos chicos decidieron levantarse. Minho fue a ponerse su ropa de vuelta, mientras que Jisung se dirigió a la cocina para comer algo.
Cuando llega a la cocina ve dos platos con ramen, estaban recién listos, por lo que supuso que su mamá lo debió de dejarlos ahí. Minho sale del baño y se acerca al menor.
-Nos dejaron ramen, ven a comer- dice Jisung buscando palillos.
-Me gustaría comer, pero ya tengo que ir saliendo, no le dije a mi mamá que me quedaría a dormir, debe de estar preocupada- informa mientras se pone su abrigo.
-¿Por qué no me dijiste? pude haberle avisado yo, asi se ahorra un infarto.
-Era una opción, pero también quiero que me pida que vayas a casa - añade con una risita malvada.- De todos modos, se quiere disculpar por su tipo de bienvenida.
-Bueno, entonces le daré este ramen a otro gatito hambrient-...
-¡No!...Digo...podemos ir a comerlo al río Han ¿que piensas?- el castaño solo ríe por sus palabras y asienta para luego dejar el ramen en pequeños recipientes.
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Cuando llegaron al río buscaron un lugar donde sentarse y empezar a comer. El camino fue bastante silencioso, Minho no dejaba de pensar a que otro gatito le hubiera dado el ramen si él se iba, no podía negar que se había puesto un poco celoso. Jisung trataba de sacar un tema de conversación, pero el pelinegro le respondía de una forma muy cortante.
Los celos de Minho eran algo diferentes, en vez de enojarse y discutir, se quedaba callado y triste.
El mayor no podía quedarse con esa duda, asi que antes de empezar a comer le pregunta.
-Jisung...¿te puedo preguntar algo?.
-Claro, ¿que pasa?- el castaño deja la comida a un lado y le da toda su atención.
-¿A que... a que otro gatito le hubieras dado el ramen?- pregunta nervioso.
-A nadien- responde con una sonrisa, ¿por eso no hablaba en todo el camino?.
-Bueno- el castaño le entrega su recipiente con ramen y sus palillos.- ¿Seguro?.
-Me lo hubiera comido yo, no te preocupes, no tengo otro gatito- le aclara mirando a los ojos, haciendo sentir seguro a Minho.
Conversan un rato mientras comen mirando el río. El menor deseaba que todas sus mañanas sean así, con el pelinegro presente. Aunque siempre lo estaba, le enviaba mensajes o lo veía en la empresa, pero el quería tener más momentos así, donde sean solo ellos dos.
Cuando terminaron, guardaron las cosas y se fueron. Minho se dirigía a su casa y Jisung lo acompañaba, iban a un paso lento mientras hablaban y apreciaban el clima. El mayor miraba los lindos arboles de otoño y el menor disfrutaba el frío.
Se detuvieron en el lugar donde Minho le había entregado la hoja a Jisung.
-¡¿Recuerdas?!¡aquí me entregaste la hoja de otoño!- dice el castaño emocionado.- Fue raro, pero romántico.
-Si...pero ahora será más romántico- añade el pelinegro tomándolo de las manos, dejando totalmente confundido al chico- Han Jisung... ¿me dejas ser tu novio?.
El menor abre la boca sorprendido y sus ojos como plato, no pensaba llegar tan lejos, ni tampoco tan rápido. El castaño se sonroja, dejando ver en sus cachetes un tono rosa.
-Minho-...
-No pasa nada si dices que no, podemos seguir siendo amigos.
-No...Minho, pensaba decirlo yo, pero no sabía como decírselo a un hombre- admite Jisung.- Asi que...¿me dejas ser tu novio tambien?.
Minho se lanza a abrazarlo, le daba mucha ternura la inocencia de su ardilla, y se alegraba de ser él quien le enseñara.
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