❝ Te amo, de verdad te amo, ¿pero por qué no nos dejan amarnos? ❞
Jisung estaba tan enfocado en su carrera musical, que dejó en el olvido su vida romántica. Pero todo cambió cuando Minho lo acompaño a caminar.
-¿Por qué vienes aquí?- Pregunta Minho...
Holaa, volví. Avísenme si hay faltas de ortografía
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15 de Septiembre, Corea
El dia anterios, Jisung y sus papás habían tenido una pequeña charla sobre lo sucedido. Ellos no estaban muy informados sobre la banda en la que estaba su hijo, si habían visto a algunos miembros por fotos, pero no los conocían.
Estaban molestos por el hecho de lo distraído y olvidadizo que era Jisung ¿que hubiera pasado si no estaba su amigo para invitarlo a dormir a su casa, o que hubiera pasado si ese amigo tenía otras intenciones?
Como no conocían al muchacho no sabían que esperarse. El castaño trato de explicarles que conocía a Minho y no era así, pero ellos solo le repitieron que nunca hay que confiar tanto en una persona.
Jisung, ya harto del tema, propuso invitarlo a su casa para que lo conocieran, y aprovecharia de terminar la canción que estaban componiendo, propuesta que sus padres aceptaron.
El castaño de inmediato le envió un mensaje a Minho.
Honnie
Hola, hyung ¿como amaneciste?
Hola
Bien ¿y tu, cariño?
Bien, gracias
Oye ¿qué te parece si hoy vienes a mi casa para terminar la canción?
Claro, no hay problema
¿A qué hora?
¿Qué te parece a las dos de la tarde?
Bien, Nos vemos
El castaño estaba emocionado, ahora todo era más claro desde que tuvo esa pequeña charla con Minho sobre sus sentimientos. Minho también se encontraba más relajado ya que por fin tenía las cosas claras con Jisung, y nada es más importa cuando dos persona coinciden, o eso creían ellos.
El castaño y sus papás se encontraban ordenando la casa, ya que a la mamá de Jisung le gusta recibir bien a las personas nuevas. El menor estaba alistando el mini estudio en su cuarto para terminar la canción.
El tiempo pasa y el pelinegro llega a la casa, Jisung no le había dicho que sus padres estarian en casa. Se sorprende un poco, pero termina por saludar amablemente para después adentrarse a la casa.
El castaño al escuchar el sonido de la puerta cerrarse sale rápidamente de su habitación. Al ver a Minho pensó en correr a abrazarlo y darle un beso en la mejilla, como le gustaría saludarlo, pero como sus papás estaban presentes solo le sonrió de lejos.
