Te busco │ OT 2023

Capítulo 1 - primer día en la academia

Nos íbamos a sentar en el bus, yo me senté al lado de Juanjo, nos habíamos conocido en los castings de Madrid y habíamos empezado a quedar con Rusli, Bea y Omar también.

-Tía lo tuyo es increíble -me dijo Juanjo-

-Lo tuyo si que es increíble guapetón, te quiero mucho

-Yo mucho más

Le abracé mientras se nos saltaban las lagrimas, aún no habíamos asimilado que acabábamos de cantar frente a muchísima gente y que éramos parte de los 16 elegidos de entre 13000 personas con un talento increíble.

Disfrutamos del viaje cantando y hablando de cualquier cosa, reíamos y comentábamos como pensábamos que iba a ser la academia..

...

Al llegar a la academia nos dieron una charla y cenamos todos juntos, sinceramente no pasó nada importante más que haber conocido donde íbamos a pasar las siguientes semanas o meses.

Al terminar la cena me fui a ordenar mis cosas, sola, buscaba silencio, la gente estaba entretenida hablando pero yo estaba un poco abrumada por la cantidad de cosas que habían pasado y necesitaba tiempo conmigo para asimilar todo.

Estuve ordenando en silencio durante unos 10 minutos hasta que de repente se me acercó alguien por la espalda.

-Ey- escuché a lo que me giré, allí estaba Paul, el chico del "Way Down We Go", había hablado con él un par de veces y no de nada importante así que podemos decir que no le conocía.

-Estás bien?- me preguntó

-Sisi -respondí rápido- es que aún no asimilo nada

El chico se sentó en el suelo, a mi lado y apoyó la cabeza en un puf mirando al techo.

- Ya la verdad, a mi me va a costar esto, estoy acostumbrado a pasarme el día en mi habitación cantando con mi gata o en el cine.

-Es que es muy raro todo, ahora somos 16 chavales metidos aquí durante meses, sin saber nada de fuera... yo solo rezo por que no hayan malos rollos porque si no va a estar jodido.

-Totalmente, la cosa va bien y espero que siga así o mejor -rio tímido-

Hablamos un rato de cosas mundanas, de las actuaciones, elogiando nuestras voces, cantando y ordenando nuestros armarios. El tiempo se pasó rápido, me sentía en paz pudiendo contarle cualquier cosa, los silencios no eran para nada incómodos, y las risas surgían solas entre nosotros. Tampoco le di mucha importancia, el chaval era majo pero sin más. Igual tuve en cuenta que me sentí cómoda con él así que inconscientemente le fiché entre las personas con las que me sentía bien hablando.