Te quiero

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Tendría que haberme esperado ese final con JR, aunque he de admitir, que la tortilla francesa con el huevo de oca del día siguiente me dejó sorprendida. No lo suficiente como para merecer la pena lo que había ocurrido. No quería quedarme con ese mal sabor de boca como el que sería mi último encuentro tinderiano, así que, en lugar de mirar las noticias en el periódico El País, decidí abrir de nuevo la aplicación para ver cuáles eran mis top picks diarios. Cada veinticuatro horas, se actualizaba en este apartado varios perfiles (si quisieses ver todos tendrías que suscribirte a la opción premium) que el algoritmo de estas aplicaciones consideraba los más afines a ti, en función de tus intereses y objetivos. En tu biografía, además de destacar a tu cantante favorito, podías seleccionar qué era lo que estabas buscando. Si lo tuyo eran más los rollos cortos, una relación estable, hacer amigos, o por el contrario, que no sabías exactamente qué estabas haciendo ahí. Yo había elegido esta última. De primeras, cuando te abres el perfil, exponer que quieres una relación estable, no me representaba, pero lo de ir fluyendo en función de los encuentros que se fuesen dando, consideré que era lo que mejor se adaptaba a mí.

Entre mis top picks de ese día se encontraba el chico Vintage. A Vintage le encantaba Vinted, para encontrar prendas únicas que poder combinar en su día a día, ir en búsqueda de muebles exclusivos un viernes cualquiera, los paseos por la naturaleza, la elegancia por encima de todas las cosas (aunque fuese para recoger una barra de pan), tocar la guitarra y trabajar de administrativo en un taller de coches de su familia. El chico llamaba la atención, con su media melena negra, su percha a la hora de vestir un pantalón de traje con unas deportivas y su naturalidad posando para que capturasen su lado bueno en las fotos. Le di like. Al cabo de un par de horas, recibí un mensaje suyo.

La conversación se semejaba un poco a un intercambio de información entre dos personas adultas. Demasiada seriedad para mi gusto. Parecía una persona introvertida que me dejó entrever que le encantaba el mundo de las bicis, hacer picnics después de una larga tirada y aprovechar entre semana para ir de compras a sus tiendas favoritas de segunda mano. Aunque fuese distante, me gustaba. Me creaba cierta curiosidad. Vivíamos a unos cien kilómetros el uno del otro y como punto intermedio teníamos Santiago de Compostela. Dos semanas hablando, fueron suficientes para que a ambos nos apeteciese dar el paso para conocernos en persona. Decidimos que el plan sería aprovechar nuestra visita en Santiago para ver las luces y el mercado navideño y terminar la ruta tomando un buen café en un sitio reconocido de la ciudad. Me encanta el café, pero lo que todavía me gusta más, es que a la otra persona también. Queda raro cuando propones "ir a tomar un café" y tu acompañante se pide un Aquarius de naranja.

Decidí coger un tren para ir y volver en el mismo día, la combinación era buena y, si terminaba siendo un desastre, por lo menos ya llevaba la excusa para volver a casa. Vintage vivía en Noia, le llevaba el mismo tiempo que a mí llegar a Santiago yendo en coche, así que me esperaría en la entrada de la estación para cuando llegase.

-(Mensaje de texto de Vintage) Estoy muy nervioso. La verdad es que soy bastante tímido para estas cosas... Si al principio estoy muy callado y me sonrojo con facilidad, no me lo tengas en cuenta.

¿Estaba Vintage queriendo ser humilde conmigo porque en realidad notaba que yo era esa persona? ¿O realmente sería cierto y tendría que estar tirando de la cuerda todo el tiempo para no terminar los dos comentando el frío que hace esta temporada en Santiago? No me había bajado del tren y ya me estaba arrepintiendo. ¿Y si dos semanas no eran suficientes como para saber si Vintage era un completo tarado que no tenía nada que ver con su apariencia virtual y lo único que quería era que le regalase mi americana morada Burberry de cinco libras comprada en un mercadillo en mi último viaje a Londres?

Estaba saliendo por la entrada principal de la estación cuando pude reconocer a Vintage saliendo de su Renault Clio RS negro. No sé si esto les pasa a mis citas conmigo, pero desde luego, me sentía en un constante meme de "Lo que pides vs lo que te llega".

Lo que Tinder se llevóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora