𝐘𝐮𝐢 𝐊𝐨𝐦𝐨𝐫𝐢, una jóven hermosa, gentil y frágil; ella al conocer a unos misteriosos jóvenes del Reino Sakamaki de Seiland,siente emociones fuertes que no quiera alejarse de ellos, pero ella no sabe que esos encantadores jóvenes 𝐬𝐨𝐧: 𝐕𝐀�...
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Año 918 d.C.-Europa-Sealand:
𝐒𝐞𝐢𝐥𝐚𝐧𝐝 un pais casi extenso lleno de abundancia vegetal y mucha riquesa para los habitantes de ese territorio,pero que también contaban con un Rey y un Castillo igual que los demás territorios de ya Europa: Tougo Sakamaki, él rey del Reino Sakamaki de Sealand: un rey ambicioso, casi amable y estricto, pero en esos momentos, Tougo estaba en su Castillo de Seiland teniendo una charla con sus futuros herederos (Claro no tenía todavía un preferido),sobre unas cosas o mejor dicho sobre unas personas que no eran tan gratas de hablar de ellos.
Los principes Sakamaki, que por ahora la presencia no tan grata, era la de su padre, por rencores personales, que él susodicho formo.
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En una Cathedral pequeña pero bien cuidada, una joven rubia caminaba en los pasillos de esa Cathedral, cargando con ella unos libros de Dios, y con una hermosa sonrisa.
-Yui-dijo una monja casi alzando la voz, que miraba a la rubia, con alegria.
-Yui ven-dijo otra vez el nombre de la chica, que la escucho y fue hacia ella, según a Yui la monja no parecia que la llamara para un trabajo, ya que su rostro de esa monja parecia alegre.
-si monja Ladil-dijo Yui con una curiosidad.
-Él Sacerdote Seiji te llama-dijo la monja con un poco de alegria, Yui sabia que Seiji el Sacerdote de esta iglesia y respetado por los demas, le hiva dar una buena noticia o mala noticia.
-Yui ve.. ven, deja esos libros a mi cuidado-dijo la monja Ladil con una sonrisa la cuál Yui tardo en comprender.
-si. Monja Ladil-dijo Yui y dejo los libros a aquella monja, Yui de camino al despacho del Sacerdote Seiji, ella hablo como un susurro ante la nada.
-si tal vez es... No...no creo que sea eso... -dijo Yui con una voz baja y un poco triste,penso y penso, si tal vez le diria eso que después de mucho tiempo insistio.
Después de unos minutos llego al despacho del Sacerdote, y un rato de espera se atrevio a tocar tres veces la puerta.
-Sacerdote Seiji,puedo pasar-dijo Yui para el aviso que ella estaba ahi, solo después de unos segundos escucho la voz de Seiji.
-Pasa hija -respondio su Seiji ante el aviso, Yui entro abriendo despacio la puerta y entrando en silencio.
-Hija buenos días
-Buenos días Sacerdote Seiji-saludo Yui, y acto seguido se inclino. -Perdón Sacerdote Seiji...pero¿por qué me llamó?
-Hija asercate-respondio él Sacerdote Seiji,Yui se acerco apresuradamente y se puso frente a él.
