★⋆°Susuro Roux°⋆★

×#Parte 5#×

Susuro y Vincent fueron felices, pero no para siempre, su felicidad empezó a desvanecerse cuando Vincent c percató d q ya no quedaba comida en la heladera. Todos le tenían miedo a Vincent, cosa la cual lo agobiaba mucho y prefería aislarse en su casa cuidando, o mejor dicho, sobreprotegiendo a Susuro, debido a eso nunca pudo comprar ningun alimento en estos últimos meses.
Vincent tenía hambre, pero eso no le importaba, solo le importaba el hambre de Susuro, empezó a tener una crisis, cualquier minimo conflicto en su vida se sentía como una pesadilla, pero esta vez la crisis no duro mucho, ya q recordó algo. Susuro en su alucinación menciono q Vincent debía asesinar para alimentarlo...y eso hizo.

Vincent anteriormente trabajaba de policía, gracias a esto el contaba con varias armas y balas, la cual quedaron guardadas en uno de los cajónes de su habitación. Hace ya tiempo q Vincent no agarraba un arma, el no era un tipo violento, y es más, sintió mucha culpa al momento de abrir desesperadamente ese cajón, pero no lo pensó demasiado. El agarro el arma (una pistola común, pero muy dañina y con mucho espacio para balas), abrió muy apenas la ventana de su casa, la cual daba directo a la vereda, sigilosamente puso el arma apuntando hacía afuera y lo vio.. vio a su a su primera victima. Una niña, de aproximadamente 13 años, junto a otros de la misma edad, q c encontraban tirando papel igenico al techo de Vincent, como si de halloween c tratara. Era muy común q los niños o adolescentes arrojaran cosas como tomates o papel a la casa de Vincent, entre ellos c pasaban el rumor d q estaba "embrujada", lo q no c esperaban esta vez esq su bromita tendría un sangriento final.

¡¡𝘽𝘼𝙉𝙂!!

Un disparo alertó a todo el pueblo, los demás niños salieron corriendo mientras la pequeña bromista de 13 años agonizaba en el piso. Nadie, además de esos niños, estaba ahí en ese momento, era un sabado muy nublado, no había nadie en las calles, así q no fue gran problema para Vincent agarrar el cadaver con guantes de limpieza, lavar la sucia entrada de su casa, la cual estaba repleta de sangre, y cuidadosamente cocinar el cuerpo de aquella niña, para después sentarse a comer tranquilamente junto a Susuro, una feliz, ordinaria y sencilla cena padre e hijo.

"𝘣𝘶𝘦𝘯 𝘱𝘳𝘰𝘷𝘦𝘤𝘩𝘰, 𝘩𝘪𝘫𝘪𝘵𝘢 ! 𝘥𝘪𝘴𝘧𝘳𝘶𝘵𝘢 𝘵𝘶 𝘤𝘰𝘮𝘪𝘥𝘢! 𝘭𝘢 𝘩𝘪𝘻𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘵𝘪."