Aquel que, humano o no, logró un hito en el universo.

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"¡¿Ben?! ¡BEN!"

La respiración era pesada. Con todos sus sentidos alterados por el desastre, el chico de 10 años, cabello castaño alborotado y ojos verdes levantó la cabeza y vió el desastre. Fuego, escombros y plasmaban el ambiente vil y agresivo que abrazaba su inquietud, ignorando su estado demacrado en pos a sus heridas. La sangre, propia, fluyendo por su frente, tapando aún más la visión de su ojo derecho, morado por un contundente golpe.

"¡RESISTE, BEN! ¡TE SACARÉ DE AHÍ!"

Él no podía moverse. Lo notó cuando el mareo lo abrazó y su cuerpo colapsó tras intentar levantarse ante el crítico daño recibido... Inminentemente escupe una cantidad de sangre salida de su estómago, quizás ahora no fue buena idea haber comido ese caldo del abuelo...

Su mirada se alza, el terror en su cuerpo es inmenso pese a que lo logra disimular en una sonrisa altanera y desafiante, lo que logra en el enorme ser ante él lo peor que podía desatar.

"¿Este cachorro terricola ha estado frustrando mis planes todo este tiempo?" Es la voz del ente enorme que lo toma del brazo, el brazo que porta su infalible y poderoso reloj, llevándolo hasta su cara. Figura que si biológica o no, era fea de cojones. Ben no tarda en escupirle un cacho de saliva, que más era sangre en ese momento, logrando sorprender a la criatura. "Eres fuerte. Reconozco que tu liderazgo y capacidad de plantarme cara fueron realmente valerosos y dignos... Pero debo decirte que ahora mismo estoy más que molesto, mocoso." Revela el ser de voz notablemente modificada, como casi todo su cuerpo en evidentes implementos tecnológicos.

"¡BEN! ¡BEEEEEN!" Grita una voz femenina que bien conoce. La mira y le sonríe, intentando calmarla seguramente, sin éxito ante el horror de esta por la situación... Jamás pudo decirle lo irritante que era su voz cuando le recordaba que debía tener miedo.

"¡Está bien, Pyra! ¡Lo intentamos!"

Ella no tarda en prepararse para socorrer al chico a inmensa velocidad, pero el gigante es más tranquilo y habilidoso, demostrando poder desactivar el reloj con una simple tocada al visor del tiempo, lo que le preocupa inmensamente cuando el brillo rojo comienza a bañarla, desesperada por querer alcanzar al chico que solo le sonrió hasta que desapareció por completo...

"Y ahora..." Murmuró él ser, alzando su pie contra el pecho del chico que se horrorizó cuando supo lo que vendría. "Devuélveme el Omnitrix..."

Y así, jaló brutalmente, tiñiendo de rojo carmesí el escenario.

...

Ben despierta abruptamente, abrumado por la pesadilla que le abrazó todo el cuerpo. Se aferró a las sábanas, sabiéndose seguro de que ahora todo solo fue un terrible sueño...

Su mirada va a su abuelo, que conduce concentrado y contento, y luego a su prima, que teclea a velocidad en su computadora portátil. Desde que han comenzado las vacaciones de verano (unas miserias 4 horas de viaje) en su anhelado viaje con su amado abuelo, lo único que ha hecho es lidiar con el incesante enfrentamiento con su prima (a la que le dirigió la palabra por mucho menos tiempo). Pero la tolerancia o aceptación se arruinaba aún cuando la babosa de su prima molestaba para descaradamente querer llevarle la contraria siempre, no pensaba en otra cosa que pelear con ella por gusto... Y porque al final del día no había otra cosa que hacer cuando esta solía recibirlo con bastantes verdades que jamás aceptaría.

El Chaquetrix y aquel con el desafío de controlarlo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora